una nueva Carta Magna sustituirá a la aprobada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet. “El mejor camino, la mejor fórmula, es trabajar sobre la base de un Congreso Constituyente que cuente con amplia participación de la ciudadanía”, confirmó a medianoche del domingo Gonzalo Blumel, ministro del Interior, tras una reunión de tres horas con el Presidente Sebastián Piñera.
La idea de Piñera es que el actual Parlamento ejerza poderes constituyentes. Blumel habló de un proceso que recoja las demandas ciudadanas a través de un proceso de debate nacional. “La Constitución es la ley más importante, es la casa de todos y tiene que ser ratificada por la ciudadanía para que sea el nuevo cuerpo, la nueva casa que nos cobije por los próximos años”, dijo.
Pese a que la Constitución sufrió múltiples enmiendas y modificaciones de artículos en los 30 años de la era democrática, la sanción de una nueva Carta Magna para el país es un reclamo amplio en la sociedad de un país sacudido desde hace casi un mes por un impactante estallido social con un saldo de 21 muertos, más de 1.000 heridos y 3.300 detenidos.
La dimensión del cambio que está viviendo Chile se evidenció en el apoyo de Jacqueline van Rysselberghe, jefa de UDI, uno de los tres partidos de la coalición oficialista Chile Vamos. “Es necesario generar una Carta Magna que resguarde los derechos”, dijo Van Rysselberghe.
La izquierda gobernó 24 de los 30 años de la actual era democrática en Chile. Michelle Bachelet, dos veces presidenta, presentó una propuesta de nueva Constitución en las postrimerías de su segundo mandato. “Me parece que es un sentido de realismo sumarse a este proceso que ya se inició”, dijo el diputado Felipe Harboe, del opositor PPD.
El debate que se perfila ahora es la dimensión de la Asamblea Constituyente. El Gobierno quiere acotar el proceso, algo que previsiblemente no será bien recibido por la oposición.