La polaca Olga Tokarczuk y el austriaco Peter Handke ganaron el Nobel de Literatura de 2018 y 2019. El jurado volvió a apostar por dos autores europeos frente a las quinielas que apuntaban a escritores de lugares poco representados en la historia del galardón.
Por primera vez en su historia la Academia ha concedido en el mismo día los premios de dos años consecutivos, tras los escándalos de abusos sexuales y filtraciones que le llevaron a aplazar 12 meses la asignación del galardón de 2018. Ambos premios Nobel serán entregados el próximo 10 de diciembre.
Nacida en 1962 en un pueblo de la región de Silesia, la escritora se formó como psicóloga y debutó con su primer libro a principios de los noventa. “Construye sus novelas sobre una tensión entre opuestos culturales: naturaleza frente a cultura, razón frente a locura, hombre frente a mujer, hogar frente a alienación”, aseguró el jurado.
La escritora polaca fue publicada originalmente por Lumen en español, más tarde por Siruela y próximamente sacará un libro en Anagrama, aunque apenas un puñado de sus libros se puede leer en castellano, según El País. Aunque Tokarczuk reside en Wroclaw, el anuncio la ha sorprendido en Alemania. La popularidad de esta autora ha ido en aumento en los últimos años, se alzó con el Man Booker International de 2018, obtuvo también el Prix Michalski y está nominada al National Book Award en la categoría de mejor libro traducido del año en Estados Unidos. La adaptación cinematográfica de su novela Spoor, dirigida por Agnieszka Holland, obtuvo también el Oso de Plata en el Festival de Berlín.
Pensador, ensayista, novelista, poeta, dramaturgo y cineasta, Handke (Griffen, Austria, 76 años) es autor de libros como Desgracia impeorable, Carta breve para un largo adiós o El miedo del portero al penalty, de obras teatrales como Insultos al público o El pupilo quiere ser tutor y escribió los guiones de películas de Wim Wenders tan célebres como Falso movimiento y Cielo sobre Berlín. También dirigió filmes como La ausencia o La mujer zurda.
Su nombre había sonado en las listas de posibles candidatos al Nobel, pero había sido descartado de las quinielas por la controversia política que su figura despierta. El jurado dijo que recibe el Nobel de Literatura 2019 “por un trabajo influyente que, con inventiva lingüística, ha explorado las periferias y la especificidad de la experiencia humana”. “Handke se ha asentado como uno de los escritores más influyentes de Europa después de la Segunda Guerra Mundial”, agrega la Academia Sueca.
Este octubre el académico Anders Olsson subrayó que la diversidad era una de las prioridades que se había marcado el comité. “Necesitamos ampliar nuestra perspectiva”, afirmó ante los medios de comunicación. “Hemos tenido una visión eurocéntrica de la literatura y ahora estamos mirando por todo el mundo. Anteriormente, estábamos más enfocados en los hombres. Ahora hay muchas mujeres que son realmente excelentes”.
Peter Handke nació en la frontera con Eslovenia y vive en Francia. Fue al entierro de Slobodan Milosevic, en 2006, y quedó sepultado tras dedicarle unas palabras al criminal de guerra, muerto en prisión. Un gesto que ha soterrado a un novelista precoz y un “narrador mudo”. Tomó partido por Serbia en las guerras balcánicas y “dejó de ser un escritor para ser el exegeta de un tirano”, escribió el poeta Félix Romeo, aquel año que viajó a Soria en busca del polémico escritor.
“Al igual que mis otros paisajes del mundo, para mí, escucha bien, también la sierra de Gredos, de vez en cuando, cada vez que he estado aquí, a pesar de la historia y del tiempo de ahora, me ha parecido un ejemplo de una vida terrenal que es indevastable y que, si tal vez no una eternidad eterna, sí promete media eternidad”. Handke es un caminante que atraviesa estepas y montañas para descubrir el lugar dentro de sí mismo.