La nadadora de resistencia estadounidense Sarah Thomas se convirtió en la primera persona en cruzar el Canal de la Mancha a nado cuatro veces sin parar, alimentándose solamente con una fórmula líquida durante su hazaña de 54 horas. La mujer de 37 años, originaria de Colorado, llevó adelante su hazaña un año después de recibir tratamiento para el cáncer de mama, y dedicó su logro a las personas que luchan contra esa enfermedad.
Sarah se metió en el agua el sábado por la noche y a las 06:30 dejó de nadar, después de hacerlo durante 54 horas y 10 minutos de forma ininterrumpida, y pisó tierra en la playa de Shakespeare Beach en Dover. La distancia que ha recorrido está en torno a 84 millas (135 km) y la diferencia con sus anteriores retos radica en la especial dificultad del Canal, por la temperatura del agua, sus corrientes y el tráfico marítimo.
Tocó tierra en una playa cerca de Dover, en la costa meridional de Inglaterra, el martes por la mañana, exhausta y con dolor de garganta por el agua salada tragada.
“Estaba vomitando (…) Estaba muy entumecida”, dijo Thomas a la BBC envuelta en una toalla. “Había mucha gente en la playa para verme y desearme lo mejor. Fue muy amable de su parte, pero me siento aturdida ahora mismo, no puedo creer que lo hayamos conseguido”.
En teoría, la ruta que Thomas nadó debería haber sido de 80 millas (130 kilómetros), pero debido a las fuertes corrientes en el Canal de la Mancha de hecho nadó 130 millas (210 kilómetros). Dijo que vio muchos peces y medusas en el camino. Anteriormente, cuatro nadadores habían cruzado el agua entre Inglaterra y Francia tres veces sin parar.
Thomas estuvo guiada por el experto Eddie Spelling y la tripulación del Anastasia, que han ayudado a muchos a cruzar el también conocido como English Channel. En dos ocasiones ha llegado a Cap Gris Nez, la ruta más corta entre Inglaterra y Francia, pero la cuarta y última fue bastante distinta debido a la intensa corriente, oleaje y la fatiga que acumulaba, según ha narrado outdoorswimmer.com.
Thomas solo consumió una dieta líquida durante su proeza. Su equipo de apoyo, que la seguía en una embarcación, le tiraba una botella que contenía una mezcla de carbohidratos, electrolitos y algo de cafeína con un poco de jugo de manzana para mejorar el sabor.
“He estado esperando esto durante más de dos años y he luchado mucho para llegar aquí”, decía Sarah a la BBC tras finalizar. “Soy lo mejor que puedo ser ahora, con lo que he pasado, con más fuego y lucha que nunca. Esto es para aquellos de nosotros que hemos rezado por nuestras vidas, que nos hemos preguntado con desesperación sobre lo que viene después, y hemos luchado contra el dolor y el miedo para superar. Es para aquellos a los que les acaban de comenzar su batalla contra el cáncer y para los que ya la estaban librando”.
Aunque el Canal ya lo había cruzado en 2012 y 2016, lo cierto es que no era la primera vez que la americana completaba una distancia parecida, ya que en agosto de 2017 hizo 104,6 millas (168 km) en el Lago Champlain (con corriente neutral), en lo que se denominó el ‘nado del siglo’, empleando para ello 67 horas y 16 minutos, siendo el recorrido más largo consumado por nadie en solitario y sin detenerse.