Más de tres millones de niños venezolanos necesitan ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades de nutrición, salud y educación, según ha alertado este viernes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que ha pedido más fondos para mantener la respuesta de emergencia en la nación caribeña.
Unos 3,2 millones, esto es, “una tercera parte de los niños de Venezuela, necesitan ayuda para acceder a los servicios básicos de nutrición salud y educación”, ha comentado la directora de Comunicación de Unicef, Paloma Escudero, que acaba de concluir un viaje de tres días a Venezuela.
A la agencia de la ONU “le preocupa que la actual situación en Venezuela haya reducido el acceso de los niños a los servicios esenciales y haya aumentado su vulnerabilidad, anulando varias décadas de progreso”, de acuerdo con un comunicado.
Según las estimaciones de Naciones Unidas, basadas en fuentes oficiales y de otro tipo, la mortalidad infantil aumentó en un 50% entre 2014 y 2017, mientras que desde principio de año se han registrado 190 casos de difteria y 558 casos de sarampión.
“La gente con la que he hablado me ha descrito un cuadro muy sombrío de la situación de la salud en Venezuela”, ha dicho Escudero. “Muchos médicos y enfermeras han abandonado el país. Los centros médicos están funcionando al mínimo de su capacidad por la escasez de medicamentos. Y la falta de piezas de repuesto ha paralizado las unidades móviles de salud y las ambulancias”, ha relatado.
Escudero ha llamado la atención sobre las mujeres embarazadas, “muchas de las cuales son demasiado jóvenes y están anémicas”, que “tienen grandes dificultades para obtener la atención que necesitan”. “Con el empeoramiento de la escasez de combustible a veces ni siquiera pueden llegar a los centros de salud” y las que están a punto de dar a luz necesitan llevar sus propios suministros obstétricos cuando llegan al hospital”. “Esta situación es dramática”.
Desde el año pasado, Unicef ha enviado casi 200 toneladas de ayuda humanitaria a Venezuela, mientras que en lo que va de año ha llevado 550 toneladas solo en suministros sanitarios que ha distribuido en 25 hospitales de los estados más afectados.
Además, ha colaborado con “aliados de ambos lados del espectro político” para proporcionar acceso a agua potable para más de 400.000 personas; servicios de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene para otras 25.300; micronutrientes para casi 75.000 niños menores de 5 años; y tratamiento ambulatorio para la desnutrición aguda para 3.500.
También ha proporcionado mesas antiparasitarias para 4,3 millones de niños y mujeres embarazadas y lactantes y casi 9 millones de dosis de la vacuna contra la difteria, 176.000 dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola y 260.000 dosis de la vacuna contra la fiebre amarilla.
A ello se suman más de 260 equipos educativos para 150.000 niños que cursan estudios en las escuelas públicas y apoyo psicosocial para casi 10.000 niños y jóvenes.
Sin embargo, todo esto “responde solo de manera muy superficial al problema”. “Millones de niños necesitan recibir vacunas, ir a la escuela, beber agua potable y sentirse protegidos”, ha recalcado Escudero. Por eso, Unicef quiere ampliar su respuesta y reclama “más fondos flexibles para llegar a los niños con los servicios que necesitan”.
“Estamos decididos a proporcionar a los niños que lo necesitan un apoyo oportuno y de calidad y confiamos en la asistencia de nuestros donantes mientras seguimos aumentando nuestra respuesta y fortaleciendo nuestros mecanismos de supervisión sobre el terreno”, ha dicho.
Escudero ha asegurado que “mientras el país se enfrente a los efectos devastadores de una crisis económica y política”, Unicef “seguirá proporcionando a los niños más vulnerables, donde quiera que se encuentren, el apoyo humanitario que necesitan”. “Las necesidades de los niños siempre deben estar por encima de la política”, ha defendido. (DPA)