La participación en las elecciones generales en España de este 28 de abril era del 41,49%, cuatro puntos y medio más que en los últimos comicios, celebrados en 2016, y la segunda participación provisional más alta de la democracia, solo superada por la de 1993, según El País.
Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera, Santiago Abascal y Pablo Casado votaron, por ese orden. La incertidumbre es el rasgo más característico de unas elecciones polarizadas en las que los últimos sondeos daban como ganador a Sánchez.
Uno de las incidentes en una mañana por lo general tranquila, según El Mundo, fue el enfrentamiento entre la prensa y un apoderado de Vox antes de la votación de Pedro Sánchez.
Según El País, la participación en Cataluña a media jornada fue del 43,5%, que son 11,2 puntos más que en las elecciones anteriores. “Es una cifra récord en esta comunidad, donde la participación ha subido especialmente en municipios independentistas: en Girona, 13,8 puntos; en Vic y en Berga, 13,5 puntos”, reseña..
Pedro Sánchez (PSOE) pidió una “mayoría parlamentaria para que haya un Gobierno estable”. Pablo Casado (PP) reclamó un “Gobierno estable para evitar esta sucesión de elecciones y legislaturas fallidas que hemos vivido en los dos últimos años”.
Pablo Iglesias (Unidas Podemos) pidió “ser respetuosos con lo que la gente decida”. Mientras Albert Rivera (Ciudadanos) confió en “un cambio de etapa, de Gobierno y de era”. Santiago Abascal (Vox) calificó las elecciones de “históricas”.
Más de 36 millones y medio de españoles estaban llamados a las urnas, después de cuatro años de crisis institucional e inestabilidad, motivada por la fragmentación parlamentaria y agravada por el proceso independentista catalán, según El Mundo.
Las elecciones generales del 28-A son las cuartas que se celebran en el transcurso de cuatro años, que es la duración oficial de una legislatura. La fractura política surgida de las urnas en diciembre de 2015 hizo saltar por los aires el bipartidismo de los cuarenta años de democracia.
Las elecciones de hoy, según El Mundo, ponen el punto y final a la legislatura más accidentada de la democracia, con dos gobiernos de distinto signo. Ni Mariano Rajoy con 137 escaños, ni Pedro Sánchez con 84, después de la primera moción de censura exitosa de la historia democrática que tumbó al Gobierno del PP e hizo presidente al líder socialista con los votos de Podemos, el PNV y los partidos independentistas catalanes.