“Consideramos que la elección presidencial en Venezuela no fue libre ni creíble. La UE pide una nueva elección libre y justa”, dijo Maja Kocijancic, vocera de la diplomacia europea. El llamado lo hace dos días antes de que Nicolás Maduro asuma un nuevo periodo presidencial tras su reelección en 2018.
Maduro jurará el jueves ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), tras su reelección en mayo en unos comicios boicoteados por la oposición, que denunció un fraude, y desconocidos por Estados Unidos, Canadá, la UE y 12 países latinoamericanos.
Kocijancic reiteró la posición de la Unión Europea, que impuso sanciones a 18 funcionarios venezolanos por un deterioro de la democracia en el país, de que una “solución pacífica, política y democrática” es la “única manera” de salir de la crisis en el país latinoamericano.
Aunque no reconocen los comicios, los europeos se resisten a romper relaciones con el gobierno de Maduro a partir del 10 de enero, como se plantean gobiernos del Grupo de Lima, que reúne a 14 países latinoamericanos, para intentar lograr una solución.
Sin embargo, para marcar su descontento, los cancilleres europeos acordaron en diciembre que sólo enviarían representantes por debajo del rango de embajador a la toma de posesión del jueves en Caracas y que difundirían una declaración ese mismo día.
Además de la crisis política, la Venezuela gobernada por Maduro cayó en la peor crisis económica de su historia reciente, lo que forzó el éxodo de 2,3 millones de personas desde 2015, según Naciones Unidas.