Una de las obras emblemáticas del anterior gobierno se desmorona, con evidentes fisuras y fallas que ahora se consideran estructurales, además de una pésimo ubicación, junto a un volcán en constante erupción. Y no solo hay errores en la construcción, sino también errores en la ubicación de la obra, junto a una volcán activo que desprende columnas de ceniza. Así lo revela un minucioso reportaje de The New York Times.
El proyecto Coca-Codo Sinclair fue presentado por el anterior gobierno como el símbolo del cambio de la matriz energética, pero ahora se va posicionando como el símbolo de un discurso grandilocuente, pomposo con abundante dilapidación de recursos públicos y un agresivo endeudamiento.
No se explica de otra manera que a solo dos años de haber sido inaugurada hayan aparecido miles de fisuras. Una presa obstruida por sedimentos, arena y ramas de árboles. La única ocasión en la que los ingenieros trataron de regular las instalaciones para que corriera a toda su potencia, estas se sacudieron con violencia y ocasionaron un cortocircuito en la red eléctrica nacional, reseña The New York Times.
La presa gigantesca, según el reportaje de The New York Times, se ha vuelto parte de un escándalo nacional que envuelve al país en corrupción, cantidades peligrosas de deuda y un futuro muy ligado a China.
Casi todos los funcionarios ecuatorianos de alto nivel involucrados en la construcción de la presa se encuentran en prisión o han sido sentenciados por delitos de corrupción. Entre ellos están un exvicepresidente, un exministro de Electricidad e incluso el excontralor general del Estado que supervisaba el proyecto y aparece en una grabación hablando sobre sobornos chinos, recuerda la publicación.
The New York Times recordó como China construyó la enorme presa de las Tres Gargantas, que corta el río Yangtsé y tiene una altura de 185 metros, el proyecto hidroeléctrico más grande en el mundo, diseñado para producir veinte veces más energía que la enorme presa Hoover en Estados Unidos. No obstante, medidas inadecuadas de seguridad ocasionaron la muerte de cien trabajadores, la presa provocó el desplazamiento forzado de más de un millón de personas y el daño ambiental fue considerable, incluida la destrucción de bosques.