La incertidumbre debido al mal tiempo en Buenos Aires se prolongó hasta la mañana del domingo, cuando una inspección de los veedores de la Conmebol determinó que el campo de juego está en condiciones para jugarse a partir de las 16:00 locales (19:00 GMT). “Claro que el campo de juego está mojado pero está en total condiciones de juego” dijo el vocero de la Conmebol.
“Podemos tener lluvias pero el drenaje está respondiendo”, apuntó el director de competencias de la Conmebol, Fred Nantes, en referencia a la suspensión del superclásico argentino entre Boca Juniors y River Plate, inédita final de la codiciada Copa Libertadores, que se decidió el sábado 10 de noviembre a menos de dos horas del horario programado para el partido y cuando miles de hinchas de Boca ya empezaban a colmar las 53 mil plazas del estadio bajo la lluvia torrencial
La Conmebol se vio obligada a suspender el partido el sábado 10 de noviembre, luego de que los 124 milímetros de agua caídos en toda la jornada, más de lo esperable para todo noviembre, anegaron el césped de la cancha en la Bombonera, el mítico estadio de Boca donde se disputa la ida de la histórica final.
La Bombonera abrirá sus puertas cuatro horas antes de la pitada inicial y no podrán acudir fanáticos visitantes por razones de seguridad.