En julio, la Comisión Europea ordenó a Google que dejara de vincular sus aplicaciones Play Store, Chrome y otras al sistema operativo Android, y le multó con 5.000 millones de dólares por violaciones de la legislación antimonopolio.
A la luz de esto, el gigante de la búsqueda ha anunciado este 17 de octubre del 2018, una serie de cambios.
Por primera vez en su historia, Google ya no obligará a los fabricantes a firmar acuerdos para pre-instalar de casi todas las aplicaciones de Google. Sin embargo, comenzará a cobrar un canon de licencia a los fabricantes del Espacio Económico Europeo que lo hagan.
Afortunadamente, las compañías no necesitarán tener licencia para todas ellas. En su lugar, pueden obtener una licencia para Play Store, Chrome y Search, así como para otras aplicaciones móviles por separado.
Google ha confirmado que Android seguirá siendo abierto y gratuito para todo el mundo. Esto significa que las empresas podrán seguir creando sus propias versiones y ahora también podrán licenciar las aplicaciones de Google, algo que antes no era posible.
No está claro si todos los smartphones Android vendidos en Europa requerirán una tarifa de licencia, o si sólo se aplicará a fabricantes europeos. En cualquier caso, el coste adicional podría, en última instancia, incrementar los precios de los smartphones ligeramente, aunque, en este momento, la nueva tarifa sigue siendo un misterio.
Google ha apelado el veredicto de la audiencia de julio, por lo que esta medida podría ser simplemente temporal. Por ahora, estas nuevas reglas entrarán en vigor el lunes 29 de octubre del 2018.