Tras cumplir una jornada de sanción contra el Young Boys, Cristiano llega a la tercera jornada del grupo H decidido a estrenar su cuenta goleadora en esta Liga de Campeones en Old Trafford, una de las vitrinas que más le motivan.
El feudo del Manchester United nunca será un campo normal para el astro luso, que con los “Red Devils” anotó 118 goles en seis años y conquistó la Liga de Campeones de 2008, afirmándose como uno de los mejores jugadores del mundo y ganando el primero de sus cinco Balones de Oro.
Ese galardón le fue otorgado tras la espectacular campaña de 2008, en la que firmó 31 goles en la Premier League y 8 en la Copa de Europa, incluido un perfecto cabezazo en la final ganada en la tanda de penaltis contra el Chelsea.
Ahora, se enfrentará a su exequipo como flamante líder del Juventus, por el que firmó este verano tras marcar la historia del Real Madrid con cuatro Copas de Europa y 451 goles en nueve años.
El conjunto turinés invirtió 112 millones de euros para hacerse con el luso, con el objetivo de dar el último paso hacia la consecución de la anhelada Liga de Campeones, tras perder dos finales en los últimos cuatro cursos, contra el Barcelona en Berlín 2015 y el Real Madrid en Cardiff 2017.
El portugués llega en buen estado de forma a Old Trafford, tras quedarse trabajando con el Juventus durante las dos semanas del parón de selecciones y ver puerta en los últimos dos encuentros ligueros disputados, contra el Udinese y el Génova.
En total, lleva cinco tantos en nueve partidos ligueros y está destacando por la manera en la que logró adaptarse a los ritmos del fútbol italiano, más bloqueado tácticamente con respecto a la Liga española.
Sin embargo, CR7 quiere marcar la diferencia en la Liga de Campeones, su competición favorita, y la cita con el Manchester United, con el que mantiene un profundo vínculo emotivo, supone una gran motivación.
Desde su salida de los “Red Devils” en 2009, Cristiano solo volvió a Old Trafford en una ocasión, en los octavos de final de la Copa de Europa de 2013, y dejó su huella.
Tras marcar en el 1-1 de la ida en el Bernabéu, Cristiano anotó en el coliseo de Manchester el gol del 2-1 que clasificó a los blancos para los cuartos de final.
Lo hizo al rematar un centro del argentino Gonzalo Higuaín y no celebró la diana. Levantó los brazos y pidió, emocionado, disculpas a la “amada” hinchada de Old Trafford.
Pese al gran respeto recíproco, Cristiano siempre salió con resultados positivos cuando se midió con el United; también en 2017, cuando conquistó con el Real Madrid del técnico francés Zinedine Zidane la Supercopa UEFA.
Con todos estos recuerdos en la memoria, el astro portugués saltará el martes al césped de Old Trafford, con el objetivo de mantener al Juventus con el pleno de puntos en Europa y de arrancar su lucha por el título de máximo artillero de la competición, algo que consiguió en las últimas seis ediciones.