Con la asistencia de 13 países y el apoyo de organismos internacionales del sistema de Naciones Unidas. sigue en Quito la cita para tratar la crisis migratoria venezolana. A la convocatoria asistieron Argentina, Brasil, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Chile, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, y Uruguay.
Entre los temas planteados se refiere a la recepción documentación y admisión al territorio; estatuto legal y documentación; casos de vulnerabilidad, que necesitan de protección internacional; normativas, condiciones y requisitos para el acceso a alternativas migratorias; trata y tráfico de personas; integración socio económica entre otros.
Además de debatir un marco regulatorio común, América Latina pretende visibilizar el impacto que tiene en las finanzas de varios países la llegada masiva de migrantes. Colombia, Perú y Ecuador son los principales receptores del flujo migratorio, que se extiende a otras naciones sudamericanas, como Brasil.
Por su parte, Caracas acusó a funcionarios de Naciones Unidas de justificar una “intervención internacional” mediante la exageración del número de migrantes venezolanos, que el gobierno cifró por primera vez en 600.000 en los dos últimos años.
“Claro que un grupo de venezolanos, producto de las guarimbas (disturbios), de la violencia, de la agresión, del bloqueo financiero del gobierno de Estados Unidos (…), quisieron probar suerte en el exterior y más del 90% están arrepentidos, de un grupo que no pasa de 600.000 venezolanos que han salido en los últimos dos años”, dijo el presidente Nicolás Maduro.
Más temprano la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, dijo que el gobierno se comunicó con el secretario general (de la ONU), Antonio Guterres, “para manifestar nuestra preocupación de que funcionarios de forma aislada estén prestándose” para “convertir un flujo migratorio normal en una crisis humanitaria justificadora de una intervención”.
“Han hecho valer como propios (…) datos que aportan gobiernos de países enemigos”, agregó la funcionaria en rueda de prensa, acompañada por su hermano Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación.
La vicepresidenta no identificó a los funcionarios de la ONU señalados, como tampoco a los países enemigos, aunque lanzó una andanada contra el llamado Grupo de Lima, integrado por naciones críticas del gobierno de Nicolás Maduro.
El canciller subrogante, Andrés Terán, resaltó el encuentro como una iniciativa del Gobierno nacional a fin de intercambiar información, criterios y buenas prácticas, para intentar armonizar la respuesta de los estados de la región de América Latina y el Caribe, ante el inusual incremento del flujo migratorio de los ciudadanos venezolanos.
Destacó el apoyo y la asesoría técnica de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y ACNUR, para la organización de la cita en cumplimiento del mandato del Secretario General de las Naciones Unidas, para liderar conjuntamente la respuesta operativa de los organismos internacionales.
“En lo relativo a la situación que hoy nos convoca, es necesario convenir que la región de América Latina y el Caribe afronta una crisis migratoria, derivada de los flujos migratorios masivos de ciudadanos venezolanos que se han visto obligados a salir de su país de origen: Venezuela, afectada por una profunda crisis económica, política e institucional, y se han dirigido hacia otros países, fundamentalmente latinoamericanos y caribeños, y especialmente hacia otros países sudamericanos”, dijo.
Según Terán, casi dos millones y medio de ciudadanos venezolanos han salido de su nación durante los últimos cuatro años, de acuerdos a las cifras de los dos organismos internacionales, considerando que la crisis migratoria venezolana ha sido particularmente grave en el curso del presente año 2018.
En el caso de Ecuador, desde el año 2014 hasta la actualidad, han ingresado más de un millón de ciudadanos venezolanos, mientras que en el transcurso del 2018, se registran más 600.000. Además, se ha otorgado más de 90.000 visas para garantizar su regularidad migratoria.
Terán, así mismo dijo que el actual flujo migratorio en la región, requiere la solidaridad internacional concertada, eficiente y adecuadamente coordinada, con un enfoque regional integral. “Es necesario destacar la importancia de coordinar propuestas y acciones para visibilizar adecuadamente la actual crisis migratoria venezolana, a fin de gestionar, obtener y canalizar los recursos y el apoyo técnico y financiero que requieren nuestros países, para atender esta problemática que constituye una crisis humanitaria”.
El representante de las Naciones Unidas, Arnaud Peral, celebró que 13 países estén reunidos para buscar soluciones integrales frente a los desafíos regionales, al tiempo que ratificó el compromiso del organismo internacional de apoyar a la crisis humanitaria que enfrenta Venezuela, al tiempo que hizo un llamado a los países a buscar soluciones y respuestas. “Esperamos que en esta reunión se encuentren soluciones y acuerdos para garantizar la protección de los derechos humanos de las personas más vulnerables; que las personas en movilidad no caigan en redes de trata, tráfico, explotación laboral o sexual”, afirmó.