La madrugada del domingo pasado, unas 20 personas asaltaron la estación de Quitumbe para pintarrajear uno de los vagones del primer tren del Metro de Quito. Según la información del Municipio y de la Policía Nacional, un grupo integrado por 20 personas sometió a guardias de seguridad y procedió a pintar el vagón.
El hecho se ha querido posicionar como un acto vandálico. Pues no lo es, lo que ocurrió la madrugada del domingo es simplemente un asalto, porque los guardias de seguridad fueron sometidos por la fuerza. Los 20 amordazaron al grupo de guardias de los Talleres y Cocheras del Metro de Quito en Quitumbe para dañar un bien público.
Los individuos mancharon y pintaron uno de los vagones antes de ser repelidos por otros guardias de seguridad. La reacción evitó que el resto de vagones del tren fueran también manchados por estas personas. ¿Qué intentaban demostrar? ¿Un intento de boicot al proyecto de movilidad más grande de Quito?
El Municipio de Quito hizo bien al suscribir un acuerdo con el Ministerio del Interior para aportar $100 mil al fondo de recompensas y así recabar información sobre estos individuos. Los que asaltaron los Talleres en Quito no son artistas ni grafieros ni nada que se les parezca, solo cometieron un delito.