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Terrorismo

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El poder es una de las peores drogas que existe, porque no solo mata a la persona que la consume sino mata a su entorno, su hábitat, destruye países… Después de abrazarse con personajes encapuchados que dispararon a mansalva contra la población civil, Daniel Ortega salió a llamarse víctima y a culpar a los yihadistas de las protestas en su contra. El Estado Islámico está en su contra, ergo Donald Trump debería apoyarlo.

Él, desde su discurso, ya pasó a ser el émulo de Bachar Al Asad. Alguien que intentará sobrevivir en el poder así tenga que arrodillarse ante Donald Trump.

Todo lo que ha hecho Ortega quiere endosarlo ahora a la oposición. Sin los petrodólares de Venezuela sabe que se queda pobre de financiamiento para continuar con la brutal represión contra la población civil y como el cuco ya no puede ser solo el imperialismo que representa Donald Trump, ahora busca su apoyo al asegurarle que los responsables de los secuestros, torturas y asesinatos corren a cargo del Estado Islámico y que él lucha contra el Estado Islámico.

Sus huestes cantaban victoria, bailaban, brincaban y celebraban alrededor de los cadáveres. Ortega dijo que eso no hacían sus fuerzas paramilitares, porque eso solo podía ser atribuible al terrorismo, a grupos extremistas de Estados Unidos. Terrorismo, la palabra con la que decenas de personas fueron enjuiciadas en Ecuador por oponerse al gobierno de a década pasada.

Terrorismo, dice Daniel Ortega. La misma palabra repetida en Venezuela para justificar los crímenes como el de Óscar Pérez. Pero el único que ha sembrado el terror es él. Son sus paramilitares los que incendiaron una casa con una familia adentro, solo porque negaron la entrada a los francotiradores. Es Daniel Ortega y su esposa los responsables de demasiadas muertes como para que ahora venga a buscar al Estado Islámico para lograr sostenerse en el poder con el apoyo de Estados Unidos.

Lo que hay en Nicaragua es una brutal represión a cargo de dos personajes embriagados del poder: Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, quien ya es su vicepresidenta y ahora aspiraba a relevarlo en el sillón presidencial.

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