En julio de 2012, cuando el gobierno vivía el boom de los altos precios del petróleo, el llamado milagro ecuatoriano, el expresidente Rafael Correa, en medio de la obnubilación por el poder, de que el país ya casi casi competía con Rusia, Estados Unidos y China en la carrera espacial, gracias a sus esfuerzos, decidió crear por decreto el Instituto Espacial Ecuatoriano.
Unos meses más tarde, el gobierno anunciaba con bombos y platillos la puesta en órbita del primer satélite hecho en Ecuador con la cooperación del Programa Espacial Civil del proyecto EXA.
“Con el aval del Ministerio de Defensa Nacional, se efectuaron varias misiones en ese campo algunas de ellas inéditas marcando pautas de desarrollo muy valoradas internacionalmente, como experimentos y registros físicos y fisiológicos en ambientes cero gravedad, se intercambió información y criterios técnicos de gran utilidad para proyectos satelitales y estaciones de control, base para la iniciativa por materializarse en las próximas horas con el lanzamiento al espacio del Satélite experimental PEGASO y en próximos meses del satélite KRYSAOR”, decía un comunicado de ese entonces del Instituto Espacial Ecuatoriano.
El lanzamiento estuvo antecedido por gritos de victoria. Se montaron cámaras en la estación ECU 911 de la Puntilla, en la provincia del Guayas, para observar como despegaba el satélite desde el cosmódromo de Jiuquan, en China; hubo gritos de alegría porque otra vez Ecuador era ejemplo para el mundo. El expresidente Correa y Ronnie Nader, el desarrollador de Pegaso, llegaron con chaquetas tipo NASA con el logo de la Agencia Espacial Ecuatoriana. Un grupo de ecuatorianos en China miraban el cielo, arropados con una bandera tricolor.
La entonces ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa, escribía que estaban ante el nacimiento de un Ecuador construido prácticamente de la nada desde 2007. Pero si la propaganda para decir que Ecuador entraba en la era espacial fue un éxito, igual de rotundo fue el fracaso de la misión. En mayo de ese mismo año, la agencia notificó que había perdido la señal de Pegaso. Otra vez de vuelta a la realidad del tercer mundo.
Y una de las medidas que acaba de anunciar el actual gobierno fue precisamente eliminar esa agencia espacial para trabajar primero con los pies en la tierra en el desarrollo del país.
El anuncio de las medidas económicas finalmente no fue un paquetazo como había anunciado el expresidente Correa, pero sí hubo un reconocimiento del estado calamitoso en el que se encuentra la economía ecuatoriana, con una deuda de cerca de $60.000 millones. Cada niño que nació en los últimos 10 años llegó al mundo con una deuda de $18.000, lo que el anterior gobierno dio en llamar la década ganada.
El presidente Lenín Moreno recordó haber recibido un país sin democracia, dividido y polarizado por culpa del fanatismo ideológico, por lo que se debió trabajar primero en recuperar la estabilidad política. Y el paquetazo llegó por casa, con una reorganización del enorme aparato burocrático montado en la última década.
El primer anuncio importante fue el de la reducción de 25 instituciones del sector público entre ministerios, institutos y agencias y empresas públicas. La eliminación del Ministerio de Justicia y la fusión de Comercio Exterior con el de Industrias y del SRI con el Servicio de Aduanas. Además se eliminarán la Secretaria de Limites Internos y la de
Cualificaciones Profesionales, que pocos ecuatorianos deben saber que existía.
Fueron anuncios para poner los pies en la tierra.