El expresidente Rafael Correa descartó volver a Ecuador para enfrentar una orden de prisión preventiva para ser investigado por un caso de asociación ilícita y secuestro contra el exasambleísta Fernando Balda en Colombia, en el año 2012. En una entrevista con al agencia France Press, calificó la orden de detención como un “complot” del actual Gobierno ecuatoriano.
Según Correa, la Interpol rechazará la circular roja de la Interpol ya que esta organización de cooperación policial internacional “toma su tiempo, analiza el caso y de ser político lo desecha”.
“Me vinculan a un caso sin tener ninguna prueba, en base al testimonio de un policía que pasó siete horas el día anterior con el Fiscal aprendiéndose la lección, diciendo que el Presidente lo ha llamado para pedirle que secuestre a Balda”, repitió el exmandatario.
El expresidente se calificó como víctima de una persecución política, al igual que el exvicepresidente Jorge Glas, recluido en la cárcel 4 de Quito con una sentencia por asociación ilícita dentro del caso de la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Correa estimó que Bélgica, en donde no descartó solicitar el asilo, no daría trámite a un proceso de extradición. “Jamás un país tan garantista (…) va a dar paso a una extradición o una orden de prisión tan injusta”, dijo al descartar un eventual regreso a Ecuador al recordar que cuando dejó el cargo, le prometió a su familia varios años de estancia en ese país europeo, de donde es oriunda su esposa.