Los 12 chicos,de entre 11 y 17 años y su entrenador, de 26, que hace casi dos semanas están atrapados en una cueva del norte de Tailandia pudieron comunicarse con sus familiares por primera vez. Esta sería la primera comunicación directa desde que se presentaron, de a uno, en un video.
El grupo fue encontrado la noche del lunes en un sector seco, a cuatro kilómetros dentro de la caverna y tras nueve días de intensa búsqueda, en la que han participado más de 1.300 personas. Visiblemente delgados, pero en buen estado anímico y de salud, los niños están siendo atendidos en la gruta por una decena de militares, entre ellos un médico y un psicólogo.
“Los equipos utilizan muchas maneras de comunicación a lo largo de los túneles subterráneos. El jueves trabajaban en llevar un cable de fibra óptica hasta la cavidad donde se encuentran las 13 personas, pero también se usa tecnología sin cables o incluso manual, como cartas”, indicó a la agencia Efe uno de los rescatistas.
Las autoridades tailandesas están bajo mucha presión para presentar un plan de rescate para 12 niños y su entrenador atrapado en una cueva inundada en el norte de Tailandia, después de la muerte de un exbuzo y una caída en los niveles de oxígeno bajo tierra. Inicialmente, los funcionarios pensaron que podrían mantener a los niños y su entrenador en la cueva donde están atrapados por hasta cuatro meses, hasta que las aguas bajen lo suficiente como para que puedan salir. Para ello, los chicos y el adulto comenzaron un entrenamiento intensivo para aprender a bucear. Una opción de elevado riesgo por la nula visibilidad y los angostos pasadizos que tendrían que superar.
Gracias a la ingesta de complementos vitamínicos, el grupo recupera poco a poco las fuerzas con vistas a la segunda fase: la salida de la cueva, situada en el parque natural Tham Luang-Khun Nam Nang Non, en la provincia de Chiang Rai.
El jefe de la marina tailandesa, el almirante Aphakorn Yoo-kongkaew, dijo que los niveles de oxígeno en la cueva habían bajado al 15%, un nivel que un médico tailandés dijo que representaba un grave riesgo de hipoxia, la misma condición que causa el mal de altura. Es demasiado peligroso dejar a los niños mucho más tiempo, dijo Yoo-kongkaew, a pesar de los riesgos que implica tratar de sacarlos. “Ya no podemos esperar que todas las condiciones (estén listas) debido a la situación”, dijo a los periodistas el viernes.
El comandante de SEAL habló unas horas después de que el sargento Saman Kunan, un ex-SEAL tailandés, murió en la madrugada del viernes, cuando regresaba de una operación para entregar tanques de oxígeno a la cueva donde se encuentran los niños. El hombre de 38 años se quedó sin aire mientras estaba bajo el agua, dijo un funcionario.
Los chicos, miembros de un equipo de fútbol juvenil, y su entrenador, quedaron atrapados en la cueva laberíntica en el complejo Tham Luang Nang Non desde el 23 de junio, sin poder salir de una serie de pasajes estrechos después de que las aguas de la inundación los obligaran a tomar refugio en una cornisa rocosa.
Cuerpos de élite del Ejército, efectivos de salvamento y voluntarios, además de expertos de Estados Unidos, Japón, China y Australia, entre otros países, participan en las operaciones de búsqueda y rescate. A este grupo de ha sumado el multimillonario emprendedor espacial y fabricante de autos eléctricos Elon Musk que ofreció sus servicios a las autoridades del país asiático a través de su cuenta oficial de Twitter.
“Sospecho que el gobierno tailandés tiene la situación bajo control, pero estaré encantado de poder ayudar si hay una forma de hacerlo”. El plan de Musk, según la BBC, es introducir un tubo de nylon dentro de la cueva y llenarlo de aire como un castillo inflable para crear un túnel submarino.
Un vocero de la firma declaró mantienen conversaciones con el gobierno tailandés para ver cómo pueden ayudar. “Vamos a mandar a gente de SpaceX y de The Boring Company de Estados Unidos a Tailandia para ofrecer apoyo sobre el terreno. Una vez que confirmemos qué es lo que será más útil de enviar o hacer, lo haremos. Estamos recibiendo información y orientación de gente que está allí, en Chiang Rai, para determinar cuál es la mejor manera de ayudarles”.
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