Rusia no pudo tener un mejor debut en el Mundial donde es anfitriona. La goleada de 5-0 ante Arabia Saudita despertó la ilusión en la hinchada que celebró cada gol en la Plaza Roja de Moscú.
Poco le costó a Rusia tomar los mandos de su puesta de largo y sin esfuerzo logró imponer su ley. La intención de los saudíes no bastaba para frenar los latigazos rusos, que poco a poco fueron forzando las imprecisiones del rival para ganarle yardas al campo a través de la movilidad de Dzagoev, con total libertad en el campo, y de la presencia de Smolov, insistente en ataque.
Yury Gazinsky marcó el primero a los 12 minutos con un cabezazo por arriba del arquero tras una gran jugada colectiva y el suplente Denis Cheryshev, que había ingresado a los 22 minutos en reemplazo del lesionado Alan Dzagoev, amplió la ventaja a los 43 minutos con una linda definición dentro del área.
A los 70 minutos Artem Dzyuba, quien había ingresado segundos antes, cabeceó cruzado para poner el 3-0, que fue efusivamente celebrado por el DT local y los miles de hinchas presentes en el estadio Luzhniki de la capital rusa. Era el segundo gol de Rusia que salía de la banca.
Ya en el descuento, Cheryshev marcó el cuarto gol con una preciosa definición tres dedos entrando al área y Aleksandr Golovin selló la goleada con un preciso tiro libre en los adicionales (90+4m).