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El hombre menos en la cancha fue determinante en la derrota de Colombia ante Japón

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Japón se impuso a Colombia en Sarank por primera vez en su historia (1-2) y dejó al conjunto sudamericano con escaso margen de error para progresar en el Mundial. Colombia, ataviada de una estupenda reputación ganada a pulso cuatro años atrás, en Brasil 2014, donde alcanzó los cuartos de final, no se sobrepuso a los numerosos contratiempos con los que se topó en los minutos iniciales del choque, reseña El Tiempo de Bogotá.

No le dio para completar una remontada con la inferioridad numérica con la que se quedó desde el minuto cinco. Por eso, todos los planes, toda la estrategia de la pizarra se quedó en nada. José Pékerman dejó a James Rodríguez en el banquillo, con fatiga muscular y ausente en algunos entrenamientos.

En su sexta participación seguida ya no cuenta con ese grupo de futbolistas compacto y unido para la causa, reseña El Tiempo. Según el medio colombiano, el equipo da la sensación de ser un conjunto que languidece, sobre todo por el cambio de entrenador que tuvo que realizar hace solo dos meses y que llevó a Akira Nishino del Hitachi a su equipo nacional.

Todo se le puso de cara al conjunto oriental para ganar por primera vez en su historia a Colombia. Antes del minuto cinco el partido había dado un revolcón. Ocasión de gol, un penalti, una expulsión… todo en un momento. La agitación llegó al encuentro por culpa de una pérdida de balón del ataque colombiano.

El contraataque llevó la pelota a los pies del punta, Yuya Osako. Le faltó decisión al ariete del Colonia, que remató mal y desvió el portero David Ospina. La pelota le llegó a Shinji Kagawa. Disparó a gol pero en el camino se interpuso el brazo de Carlos Sánchez. El árbitro, el esloveno Damir Skovina lo vio. Señaló penalti y expulsó al mediocentro del Espanyol. No falló Kawaga desde los once metros.

 

Con un jugador menos, Colombia acosó a su rival pero sin orden. En acciones esporádicas. Japón, sin embargo, encontró vía libre en el área de Ospina.

Pékerman entró en acción. Retiró a Cuadrado, una opción más que válida para atacar pero poco fiable en la retaguardia. Sobre todo con un jugador menos. Sacó a Wilmar Barrios para dar equilibrio al conjunto antes del intermedio. Colombia encajó un gol pueril que evitó que Japón se fuera con ventaja al intermedio.

La puesta en escena de la segunda mitad pareció mostrar a Japón más atrevido. Ospina resolvió un mano a mano con Osako, que nunca parece calcular su tiro. El portero del Arsenal se lució después en un chut lejano, intencionado, de Takashi Inui, que mostró peligro siempre que entró en juego. A falta de media hora llegó el momento de James.

El exjugador del Real Madrid salió al rescate de Colombia, que empezaba a acusar el esfuerzo de jugar en inferioridad. Ocupó el lugar de Quintero. Su entrada reactivó al resto y también a la grada. Buscó un efecto similar Nishino y recurrió a Taisuke Honda, actualmente en el Pachuca mexicano ejecutó un córner.

Era el primer balón que tocaba Honda, que puso el centro en la cabeza de Osako para llevarlo a la red y adelantar a Japón, que hacía trizas a su rival por la banda derecha.

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