No fue ni Luis Suárez, en tres clara oportunidades, ni Edinson Cavani, la figura del partido, los que salvaron a Uruguay. El agónico gol que le permitió un triunfo ante Egipto llegó al final de la mano de Carlos Sánchez que lanzó un centro desde la derecha y en el corazón del área fueron en busca de la pelota los dos centrales Diego Godín y José María Giménez. El último le ganó a todos y la clavó de cabeza contra el palo.
A Uruguay le costó tomar el protagonismo del partido. Si bien tenía la pelota fallaba en los pases a profundidad. Rodrigo Bentancur maneja los hilos a su ritmo, con cabeza levantada y toques precisos, pero no logra generar sorpresa en los metros decisivos, reseña Clarín.
Giorgian De Arrascaeta era el encargado de romper líneas por izquierda pero apenas pudo hacerlo una vez para ir en busca de un pase en profundidad de Diego Godín, que se mandó al ataque.
El defensor del Atlético de Madrid fue la bandera uruguaya en la primera parte, el que empujó desde el fondo. Y tal como acostumbra, desde una pelota parada casi genera la apertura del marcador a los 24 minutos. El córner viajó desde la derecha al centro del área, la peinó Godín y Luis Suárez, solito en el segundo palo, no la pudo meter.
Egipto apostaba a la prolijidad, a no desarmar las dos líneas de cuatro. Con la seguridad en el fondo de Ali Gabr. Y tratando de salir rápido por las bandas con Trezeguet, el volante egipcio que en realidad se llama Mahmoud Hassan pero por su parecido al ex delantero de River y la selección de Francia es conocido con ese apodo.
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