Gustavo Jalkh, el presidente del Consejo Nacional de la Judicatura y defensor acérrimo de la figura del error inexcusable dirigido inexplicablemente a todo aquel que no resolviera en función de los intereses, amores y odios del expresidente, llegó a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea con los mismo aires con los que alguna vez entró el exvicepresidente de la República, Jorge Glas, sentenciado por asociación ilícita en la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Según Jalkh, el Consejo de la Judicatura bajo su mando nada había hecho, más que cumplir el mandato de la consulta popular de 2011, esa en la que un expresidente de la República ofreció meter mano en la justicia.
Jalkh, al igual que Glas con los sectores estratégicos, lo único que hizo fue defender hasta el cansancio la gestión del Consejo de la Judicatura. Para él, la figura del error inexcusables es común en varios países; después desglosó las acusaciones en su contra para señalar que solo 11 corresponden a error inexcusable. Y un datos interesante, dijo que existen más de 750 mil denuncias de ese tipo. Y este año solo el 0,1% de los jueces ha sido sancionados con esa figura. Tantas denuncias y tan pocos sancionados con la figura que tanto defiende. ¿Cuánto es el 0,1%?
Sobre el informe de la Contraloría, dijo que nada tenía que ver el Consejo de la Judicatura en el nombramiento de jueces y fiscales y punto. Además, que ese informe era falso. Punto.
Y peor aún Jalkh podría aceptar la falta de independencia del Consejo de la Judicatura en el anterior Gobierno, primero porque los correos con Carondelet en la década pasada no podían ser usados como prueba, porque así dejó sentada la Jurisprudencia en el juicio político seguido contra el exfiscal Carlos Baca Mancheno que reveló el audio de una conversación entre el expresidente de la Asamblea, José Serrano y el excontralor, Carlos Pólit. Es decir, los correos nunca fueron judicializados ni sometidos a custodio. Entonces no negó la autenticidad de los correos, pero sí se comparó con Baca Mancheno, exasesor del expresidente. Jalkh fue exsecretario y exministro.
Y Jalkh al igual que Glas fue con barra propia, bajo el argumento de que una autoridad judicial que se llama independiente está bañado en popularidad. Nada. Jalkh de lo único que podría ser señalado es por haber refundado la justicia, y tal vez lo hizo, pero de la misma manera en que Glas aseguró haber refundado este país, porque antes de ellos no había nada, todo era sombras.