Thierry Frémaux, director del certamen cinematográfico más glamuroso del planeta, anunció que Netflix no podría participar en la sección oficial. La respuesta del director de la plataforma de streaming, Ted Sarandos, llegó entrevista en la revista Variety: la compañía retirará todas las producciones previstas para esta 71 edición, que se celebrará del 8 al 19 de mayo y cuya selección oficial se conocerá este jueves, debido a la estricta reglamentación del certamen francés.
Sarandos dijo que en concreto a la nueva regla decretada por el certamen que impide que un filme que no haya sido estrenado en los cines de Francia pueda participar en la competición. “Queremos estar en un plano de igualdad con los otros cineastas”, dijo Sarandos. Proyectar las películas fuera de concurso, como sugirió Frémaux hace unos días, supondría una falta de respeto hacia las cintas y los autores producidos por Netflix, dijo.
La polémica renació un año después de que la plataforma fuera duramente criticada por presentar dos cintas (Okja de Bong Joon-ho y The Meyerowitz Stories de Noah Baumbach) con su protocolo habitual: prioridad absoluta del lanzamiento online, y debut en salas muy reducido o casi inexistente.
Las cintas obtuvieron dos nominaciones, pero cineastas como Pedro Almodóvar y Steven Spielberg criticaron que una película no estrenada en cine pudiera competir por una Palma de Oro. “El festival ha elegido celebrar la distribución en lugar de celebrar el arte del cine -dijo Sarandos-. Nosotros estamos al 100% con el arte del cine. Y por cierto, todos los demás festivales del mundo también”.
Netflix dice no tener inconveniente en estrenar sus producciones en las salas francesas, pero no a que haya un plazo de 36 meses para que estén disponibles en streaming, lo que es impensable para la forma de actuar del servicio estadounidense y su modelo de negocio.
La ley francesa estipula que, después de la fecha de estreno, tienen que pasar cuatro meses para que una película pueda estar en formato DVD o en vídeo a la carta, 10 para que llegue a televisión y tres años para Internet. Esta estricta regulación, pensada para defender la industria francesa del cine, está considerada obsoleta por muchos especialistas debido a la proliferación de la piratería audiovisual y a la existencia de plataformas como Netflix y Amazon.
Netflix tiene unos cien millones de usuarios en todo el mundo, según sus propias cifras, y es en el continente americano donde más recepción encuentra con Estados Unidos y México, la joya de la corona, como los dos principales consumidores.
Un informe encargado en marzo pasado por el Gobierno francés para modernizar este sistema proponía rebajar de cuatro a tres meses el periodo de exclusividad del que disponen los cines en Francia para difundir la mayoría de las películas. La disponibilidad en las plataformas de vídeo para abonados se reduciría a 15 meses después del estreno en salas, pero solo para aquellas calificadas como “virtuosas”, es decir, que respetasen una serie de compromisos bastante estrictos en términos de financiación de la creación artística en Francia.