La VIII Cumbre de las Américas llegó a su fin luego de dos días de intensas actividades oficiales y diplomáticas que motivaron al cierre de calles, el desvío del tránsito, el uso de medidas de seguridad extremas y la declaración de días no laborables.
Los líderes políticos de América asumieron el Compromiso de Lima, documento anticorrupción que exige una mayor cooperación jurídica, gobernabilidad democrática, transparencia y participación ciudadana.
El Compromiso de Lima fue aprobado por los representantes de los 34 países presentes en la reunión a pedido del presidente peruano, Martín Vizcarra, al inicio de la reunión plenaria en lugar de al cierre, como es habitual.
El documento responde al tema de “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción” que Perú, en calidad de país anfitrión de la mayor reunión diplomática y política del continente, eligió para este encuentro. El presidente Vizcarra invocó a sus colegas a formar una “alianza regional contra la corrupción” que ofrezca “soluciones concretas” y “avanzar hacia una democracia de calidad garantice el desarrollo de los ciudadanos”.
Durante su participación en la sesión plenaria, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos se refirió a la corrupción como “un ememigo que se ha ido enquistando a través de los tiempos” en la región. “Debemos enfrentarla como región, aunar esfuerzos y compromisos para ser más eficaces (…) Si la corrupción es hoy más visible que antes se debe en gran parte a que las autoridades cuentan con mejores herramientas para destaparla y combatirla”, dijo.
La vicepresidenta de Ecuador, María Alejandra Vicuña, aprovechó la cumbre para golpear al anterior presidente, Rafael Correa: “Lamentablemente con él la corrupción campeaba en todos sus sectores”. Una muestra más de que las cosas han cambiado mucho en Latinoamérica en muy poco tiempo.