Mientras los procesos de globalización avanzan a pasos agigantados, en una marcha acelerada que apunta a confluir en la integración de los mercados nacionales a un mercado mundial, todavía existen empresas y países que se encuentran rezagados en la aplicación de sistemas tecnológicos orientados a fomentar la competitividad.
En esta época de gran interacción entre países y empresas, de negociaciones en bloques y apertura comercial, las compañías se hallan obligadas a ser más productivas y eficientes. Sin embargo, muchas aún no cuentan con sistemas tecnológicos enfocados en la misma línea de sus objetivos estratégicos.
El avance vertiginoso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), obliga a las empresas a experimentar constantes cambios para estar en condiciones de tomar decisiones empresariales en ambientes mucho más competitivos.
La información, el conocimiento y la tecnología figuran entre los activos más importantes de las empresas. Sin embargo, muchas veces los procesos que gestionan estos intangibles son aislados de las TIC, cuando deberían ser asumidos como elementos interconectados, claves en la toma de decisiones y fundamentales para el cumplimiento de los objetivos y sus estrategias.
Por ello es indispensable la gestión, evaluación y control a las TIC, alineadas a estándares internacionales que contribuyan eficazmente al logro de las metas empresariales.
Al mejorar el desempeño en el uso de estos estándares podremos añadir valor a los procesos, aumentar las ganancias, incrementar la productividad, mejorar la eficiencia en el uso de los recursos económicos, disminuir costes, apoyar y modelar la toma de decisiones estratégicas. En otras palabras, debería existir una armonía entre el gobierno corporativo y el gobierno de TI (Tecnología de Información); de ese modo las estrategias de TI deberían estar alineadas o soportar al gobierno corporativo, adicionalmente se debería controlar la administración eficiente y un adecuado manejo de los recursos de TI.
La metodología COBIT 5 detalla el marco que consolida los aspectos enunciados. Por una parte, orienta, evalúa y supervisa al gobierno de TI; y, por otra, alinea, planifica y organiza su gestión. De ese modo logra un entorno esencial para el gobierno corporativo en sus objetivos estratégicos.
En Ecuador, el marco de referencias COBIT es de uso obligatorio para las entidades que se encuentran bajo el control de la Superintendencia de Bancos. Este buen ejemplo no ha sido emulado por los demás organismos de control del Estado.
Este estándar ha sido diseñado para empresas de cualquier sector y tamaño. Por ejemplo, si hablamos de un emprendimiento, lo primero es definir qué se quiere hacer y por qué, luego viene la adquisición de los insumos para hacerlo efectivo. En paralelo, corresponde tener un sistema tecnológico de apoyo orientado a alcanzar los objetivos fijados.
Cabe advertir que en ciertos emprendimientos las tecnologías no se convierten en un apoyo real por no estar sincronizadas con los objetivos de la empresa, lo cual menoscaba la competitividad.
¿Por qué son más eficientes las empresas estadounidenses o las europeas? Además de contar con personal capacitado y grandes recursos, aplican metodologías que les permiten emplear de mejor forma la tecnología, el recurso humano y la maquinaria. Eso falta en muchas empresas locales.
La aplicación de metodologías, como COBIT 5, ayuda a las empresas a ser más productivas, más eficientes. Sin estos conocimientos, una firma comercial mediana ¿cómo puede competir?, ¿cómo quiere mejorar su productividad?
En Ecuador, el marco de referencias COBIT es de uso obligatorio para las entidades que se encuentran bajo el control de la Superintendencia de Bancos, organismo que en enero de 2010 emitió una resolución en ese sentido. También la utilizan varias consultoras y en especial empresas de tecnología.
En el sector público no han seguido el buen ejemplo de la Superintendencia de Bancos otras Superintendencias y organismos de control. En mi opinión, el Estado debería disponer que las empresas aprovechen las ventajas que ofrece COBIT 5.
Por su parte, el sector empresarial no debería tener recelo o mirarlo como un requisito que estaría obligado a cumplir, sino como una oportunidad de apuntalar los objetivos de sus industrias y negocios. Esta metodología no requiere una gran inversión, principalmente se necesita que los estamentos directivos la vean como su aliada para mejorar la producción, para ser competitivos. Ese es el plus de COBIT 5.