La Ley de Reactivación Económica y Fortalecimiento de la Dolarización analizada por la Asamblea Nacional (AN), con el sello de urgencia del Ejecutivo, entró en vigor este 2018 en medio de la confianza del Gobierno que impulse la economía y la desconfianza de los sectores productivos en que no se logre ese objetivo.
Uno de los principales punto de la ley es el manejo del dinero electrónico, en el gobierno anterior no tuvo acogida mayoritaria en la ciudadanía porque el sistema era trabajado por el Banco Central, pero fue retomado por el presidente Lenin Moreno como una iniciativa para reactivar la economía, y que en esta oportunidad sea administrado por la banca privada. Este es uno de los puntos más polémicos de la Ley por el escepticismo generado entre la población.
Sin embargo, para las instituciones financieras privadas es una oportunidad y jugará un papel importante justamente en el fortalecimiento de este medio de pago electrónico entre la población, luego de que se establezcan los mecanismos normativos tras la entrada en vigencia de una Ley. Que el dinero electrónico lo maneje la banca privada generará confianza, porque los bancos privados verán el manejo de ese medio de pago como un negocio, y de ahí que buscará que se dinamice este medio de pago.
Asimismo es lamentable que se decida continuar con ideas similares a las del gobierno anterior, porque el fortalecimiento de la dolarización será entre comillas. El país tiene la experiencia de la salvaguarda, un mecanismo señalado por el mismo ministro de Economía, Carlos de la Torre, como una herramienta que perjudicó al consumo e incide a la baja en la inversión de las empresas; y que a través de otros mecanismos se plantee reducir las importaciones, lo que redundará en el consumo de los hogares.
La ley de Reactivación Económica debería haber apuntado a desarrollar una economía más abierta para, precisamente, recibir más dividas por el lado de las exportaciones. Sustituir las importaciones con la producción local no es lo ideal.
En general la herramienta económica es una prueba de lo poco que el gobierno acogió de los resultados del diálogo entre el Ejecutivo, los representantes gremiales y el empresariado. La vía parecía ser la mejor alternativa para resolver diferencias, pero pese a la voluntad de las partes y a los esfuerzos desplegados los resultados no fueron del todo satisfactorios.
La reactivación económica del país debe tener como prioridad al sector privado y el diálogo es fundamental siempre y cuando se hagan efectivos los acuerdos a los que se lleguen. Es la única forma de apuntalar un verdadero crecimiento del país.
La reactivación económica del país debe tener como prioridad al sector privado y el diálogo es fundamental siempre y cuando se hagan efectivos los acuerdos a los que se lleguen. Es la única forma de apuntalar un verdadero crecimiento del país.
La dolarización solo se fortalecerá siendo mucho más competitivos al exportar más, a atraer inversiones extranjeras, ser más competitivos en el mercado internacional, reducir las cargas impositivas, flexibilizar el mercado laboral, entre otros aspectos. Pero si se restringen las importaciones se limita la capacidad de consumo de las familias, la de inversión de las empresas y la libertad que tienen los agentes económicos para demandar lo que ellos requieran para satisfacer sus necesidades.
El modelo económico del Ecuador sigue siendo el mismo, no hay variantes, ni un cambio sustancial de fondo. Lo urgente en economía, entre otras cosas, debe ser la revisión del presupuesto.
El modelo económico del Ecuador sigue siendo el mismo, no hay variantes, ni un cambio sustancial de fondo. Lo urgente en economía, entre otras cosas, debe ser la revisión del presupuesto. El gobierno está tratando hacer una apertura comercial, atraer más inversión extranjera pero el modelo de crecimiento económico sigue basado en un importante flujo de gasto público que ya no da más.
Más allá de la buena voluntad por conjugar el sentido social con un plan económico coherente, para incentivar la inversión y el crecimiento económico, parece que el país marchará sin un modelo económico adecuado y sólido para los próximos tres años. Este 2018 habrá que esperar el resultado de la consulta popular para determinar qué efectos tendrá la Ley de Reactivación Económica que entró en vigencia tras un intenso análisis y polémica.