Las elecciones catalanas de este 21 de diciembre han dado dos grandes titulares, según La Vanguardia: Ciudadanos, con Inés Arrimadas al frente, logra una victoria histórica en votos y escaños (37). Y el bloque independentista mantiene la mayoría absoluta con 70 escaños con la lista de Junts per Catalunya (JxCat) liderada por el president cesado de la Generalitat, Carles Puigdemont, que ha logrado 34 diputados, con los que conserva la mayoría para formar gobierno.
En unas elecciones por primera vez convocadas por el presidente español, Mariano Rajoy, y no por el de la Generalitat, Cataluña votó masivamente con candidatos en prisión, autoexiliados y en libertad condicional. Ciudadanos, el partido liberal nacido en Cataluña en 2006 para oponerse al nacionalismo de los independentistas, obtuvo el 25,35% de los votos -con el 99,51% de las mesas escrutadas- y protagonizó el fenómeno electoral de la noche.
Es la primera vez que un partido constitucionalista supera el millón de votos en Cataluña. Pero esta victoria en cantidad, sin embargo, no vestirá de presidenta a Inés Arrimadas,, ya que el bloque independentista -integrado por Junts per Catalunya, la plataforma del ex presidente Carles Puigdemont; Esquerra Republicana, liderada por el ex vicepresidente Oriol Junqueras; y la CUP, el partido asambleario y radical que ha perdido 6 de los 10 escaños que tenía- mantendrá la mayoría parlamentaria que ya ostentaba en el Parlamento que el presidente Mariano Rajoy disolvió el 27 de octubre. Juntos, los partidos soberanistas superan las 68 bancas que requiere esa mayoría.
La victoria de Arrimadas sustentada sobre la apelación al voto útil puede ser poco efectiva a la hora de iniciase una nueva etapa de gobierno como consecuencia de la ajustada mayoría absoluta que revalidan las fuerzas partidarias de la secesión. Sin embargo, Arrimadas se ha congratulado de que “por primera vez” una fuerza constitucionalista haya ganado las elecciones en Catalunya y que esta sea Ciudadanos. Por eso ha considerado que Ciudadanos ha enviado un mensaje al mundo”: “la mayoría social en Catalunya está “a favor de la unión con España” y que “los independentistas ya no pueden hablar en nombre de todos”.
El resultado de estas elecciones ha dejado en evidencia que el procés, ese recorrido hacia una supuesta república soberana, dividió a Cataluña por la mitad. Es la primera vez que Cataluña vota bajo la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que le permitió al presidente Rajoy disolver el Parlamento y destituir al gobierno de la Generalitat por haber osado declarar la independencia.
Fue la primera victoria del partido que lidera Albert Rivera que, en algo más de una década, pasó de lograr 3 diputados en el Parlamento a ganar las elecciones más controvertidas de la historia catalana. Ciudadanos suma 12 bancas y tendrá en el Parlamento 37 escaños.
Pero el hecho de que las fuerzas independentistas sumen 70 diputados supone que revalidan la mayoría absoluta que obtuvieron hace dos años, aunque con dos escaños menos (en 2015 consiguieron 72), un hecho determinante que marcará el futuro inmediato a la hora de formar gobierno si se confirman los datos provisionales y la distribución de esos escaños entre los tres partidos. Puigdemont puede tener en su mano de nuevo la presidencia de la Generalitat si cuenta con los apoyos de ERC, pero no necesitará el voto positivo de la CUP, sino simplemente su abstención.
Los resultados también pueden leerse como un serio toque de atención al Gobierno central y al partido que lo sustenta. El hecho de que la candidatura de Xavier García Albiol se haya visto relegado a la última posición con unos malos resultados que le hacen perder ocho escaños, supone un acto de castigo por parte de los electores. Se tratan de momento de los peores resultados del PP en Catalunya. Además, con sus medidas en virtud del artículo 155 de la Constitución, Rajoy no habría conseguido rebajar las aspiraciones de los partidos independentistas.