Después de dejar un rastro de destrucción y muerte, la tormenta tropical Tembin abandonó territorio filipino con dirección a Vietnam. Los reportes entregados este domingo por las autoridades afirman que unas 230 personas perdieron la vida, unas 120 se encuentran desaparecidas y más de 72 mil debieron ser evacuadas en la región del Mindanao, al sur del país.
Tembin se convirtió en tifón con vientos de hasta 145 kilómetros por hora, según los meteorólogos, y se adentró en el mar de China Meridional, por lo que la alerta por tifón terminó en Filipinas. Ahora viene la difícil tarea de reconstruir y encontrar a los desaparecidos. La mayoría de las víctimas murieron por inundaciones y riadas de lodo, informaron las autoridades.
Una portavoz de la oficina de protección civil lamentó la elevada cifra de víctimas, pese a que las autoridades habían hecho llamados a la evacuación, y pidió a la población no ignorar estas instrucciones “aunque estemos acostumbrados a que haya tormentas todos los años”. La Cruz Roja se encuentra entre las organizaciones que asisten a los afectados. “La gente dejó todo atrás al salir huyendo por su vida”, dijo Patrick Elliott, responsable de operaciones para Filipinas.
Las autoridades prevén que el número de muertos aumente durante las próximas horas, a medida que avancen las tareas de rescate y los equipos de emergencia alcancen zonas aisladas por la crecida de las aguas. La zona más afectada es la provincia de Lanao del Norte, donde avenidas de agua y corrimientos de tierra causaron al menos unos 127 muertos, seguida de la de vecina Zamboanga del Norte, en la que habrían muerto al menos 59 personas, según los medios locales.