Francisco presidió este lunes la ceremonia de bendición global en la plaza San Pedro, al mismo tiempo que publicó un mensaje que denuncia “la degradación humana, social y ambiental” provocada por “un modelo de desarrollo ya caduco”.
El documento se expresa ejemplos en los que contrapone permanentemente al niño Jesús con las crisis actuales más graves en política, economía y sociedad: “Vemos a Jesús en los niños de Oriente Medio, que siguen sufriendo por el aumento de las tensiones entre israelíes y palestinos”.
Sobre este punto, pidió también por “la paz en Jerusalén y toda la Tierra Santa”. También se pronunció a favor de “la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de unas fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional”.
El papa pidió ver a Jesús en los rostros de los niños de Siria, Yemen, Irak, y de los países más lacerados por las guerras en África, además de otros puntos del planeta “donde la paz y la seguridad se ven amenazadas”. Mencionó a la península coreana como ejemplo de esa situación.
También hizo referencia a Venezuela: “Confiamos al Niño Jesús para que se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano”, dijo.
Por último, mencionó a los que están “obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas, siendo fácil presa para los traficantes de personas”, en referencia a los refugiados.