Unos 400 millonarios de Estados Unidos hicieron pública una carta al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para pedirle evitar el recorte de impuestos porque una medida como esa solo favorecerá la desigualdad y aumentará la deuda. Es decir son los propios millonarios y multimillonarios los primeros opositores al gran proyecto fiscal de Trump.
“Creemos firmemente que la forma de crear más trabajos de calidad y fortalecer la economía no es mediante reducciones de impuestos para los que más tenemos, sino invirtiendo en el pueblo americano”, se lee en la carta, firmada por hombres como George Soros y Steven Rockefeller. “Somos ricos a los que nos preocupa profundamente nuestra nación y su gente, y escribimos con una sola petición: no nos corten los impuestos”.
En el mismo sentido se habían pronunciado antes Bill Gates y Warren Buffet, quien escribió a Barack Obama en 2011: “Mientras las clases medias y bajas combaten por nosotros en Afganistán, mientras los norteamericanos luchan por ganarse la vida, nosotros los megarricos, continuamos teniendo exenciones fiscales extraordinarias”. Buffet tributaba el 17%, cuando sus trabajadores pagaban por encima del 33%.
Según los documentos enviados al Senado y a la Cámara de Representantes por la administración Trump, las rebajas son múltiples. No sólo se reduce el tope fiscal del 39,6% al 38,5% para las parejas que ganen más de un millón de dólares al año, sino que la iniciativa remitida a la Cámara Baja elimina el impuesto de sucesiones, que ahora mismo pagan unas 5.000 familias al año y que se circunscribe a herencias por encima de los $5,49 millones.
“Quitar este impuesto acarrearía unas pérdidas de $269.000 millones en un decenio, más de lo que se gasta en conjunto en la Agencia del Medicamento, el Centro de Control de Enfermedades y la Agencia de Protección Ambiental -sigue la carta-. Ni es justo ni sabio proporcionar una rebaja fiscal a los ricos a expensas de las familias trabajadoras, especialmente si se financia desmantelando programas que permiten cubrir necesidades fundamentales como la salud y la alimentación”.
Los republicanos sostienen que el recorte desencadenará una ola de inversiones de tal magnitud que detonará el crecimiento y permitirá rápidamente compensar la pérdida fiscal. Para los millonarios firmantes de la carta, las empresas ya han alcanzado beneficios récord y viven días de enorme bonanza. Más importante es, a su juicio, dirigir los fondos públicos a la educación, la sanidad y la investigación.
En Ecuador, la simple mención de que las personas que ganen más de $3.000 y no tengan cargas familiares tributen más ha puesto los pelos de punta en algunos sectores.