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¿Ha llegado el final de 37 años de la dictadura de Robert Mugabe en Zimbabue?

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El Ejército de Zimbabue, que controla el país desde la madrugada desde este miércoles, aseguró que el presidente Robert Mugabe y su mujer, Grace, que aspiraba a sucederle en el cargo en 2018, se encuentran sanos y salvos, según una declaración de un portavoz militar leída en la televisión pública en la que aseguró además que la seguridad de la pareja está garantizada.

En su declaración televisada, el general Sibusiso Moyo, portavoz del Ejército, aseguró: “No se trata de una toma del Gobierno por parte de los militares (…) nuestro objetivo son criminales del entorno del presidente que están cometiendo crímenes. Una vez cumplamos con nuestra misión esperamos que la situación regrese a la normalidad”.

El partido presidencial, cuya sede está también controlada por el Ejército, aseguró que no se trata de un golpe militar, que la pareja presidencial está detenida y que el exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, destituido hace una semana, será el nuevo presidente interino del país.

Blindados y tanques están las calles de Harare. El presidente de la vecina Sudáfrica, Jacob Zuma, informó de que Mugabe le ha comunicado en conversación telefónica que está detenido en su domicilio pero que se encuentra bien.

Los militares, liderados por el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Constantino Chiwenga, están a cargo del Palacio Presidencial y de la sede de la televisión, así como las instituciones más importantes del país. Asimismo, han detenido al ministro de Economía, Ignatius Chombo, uno de los principales líderes del partido presidencial y firme apoyo de Grace Mugabe en la guerra interna que se había desatado por la sucesión presidencial.

Según el periódico local NewsDay, otros dos ministros habrían sido también detenidos. Las embajadas de Reino Unido y Estados Unidos han recomendado a sus ciudadanos que permanezcan en sus casas.

La tensión se había disparado en los últimos días en Zimbabue después de que el pasado 7 de noviembre Mugabe destituyera a su vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, de 75 años, acusado de traición y deslealtad. Considerado uno de los hombres fuertes del partido presidencial Unión Africana Nacional de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) y solido candidato a suceder a Mugabe, su cese se atribuye a las maniobras de la esposa de Mugabe que había hecho público su deseo de convertirse en la nueva presidenta del país, pese a que su marido, de 93 años, era el candidato oficial para las elecciones de 2018.

Mnangagwa, héroe de la independencia del país, denunció entonces que lo habían intentado asesinar y que se estaba produciendo una purga en el partido con el objetivo de eliminar a todos aquellos que se oponen a la ascensión de Grace Mugabe. Tras su precipitada huida del país hacia Sudáfrica, diversas fuentes apuntan a que podría convertirse en presidente interino en las próximas horas una vez que se confirme la caída de Robert Mugabe, en arresto domiciliario junto a su mujer.

Según The Guardia, Mnangagwa ya voló desde Sudáfrica hasta Harare para hacerse cargo de la situación, aunque por ahora no ha aparecido en público ni ha hecho declaraciones. También ha regresado al país el líder histórico de la oposición, Morgan Tsvangirai, quien estuvo cerca de arrebatar el poder a Mugabe en las elecciones de 2008.

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