La humanidad atraviesa por una de las épocas más creativas de los últimos tiempos; nunca antes los individuos, empresas e instituciones habían innovado a tan alto nivel.
Innovar es dar un paso adelante frente a la competencia. Para ello, las empresas destinan tiempo, presupuesto, contratan investigadores que cultivan ideas, propuestas y hacen cosas nuevas. En otras palabras, propuestas e invenciones que apuntan a lograr el éxito comercial.
Para que una empresa pueda tener un impacto social importante, no debe hacer lo mismo que hacen otras 100 compañías. ¿Cuántas veces hemos visto fracasar empresas que se dicen “innovadoras”? Por ejemplo, que una panadería abra sus puertas en un lugar visible de la comunidad no implica innovación porque el modelo ya existe, pero si agrega un elemento distinto, seguramente marcará la diferencia. Es decir, desde un inicio la empresa debe innovar para triunfar en el mercado.
La multinacional Apple es buena referencia para explicar el triunfo y la productividad en el ámbito tecnológico. La firma es la marca más valiosa del mundo según la lista Forbes, por su capacidad de innovación en función del éxito comercial de cada uno de los productos que pone en el mercado.
¿Qué se puede aprender de esto? Su creador Steve Jobs dijo: “Apple tiene un espíritu de emprendimiento”. En la última década la compañía ha marcado territorio en el mercado tecnológico.
En los últimos lanzamientos de sus productos (iPhone 7, 8 y X) se pueden ver componentes que si bien estaban en otros teléfonos de la competencia, Apple los concentró en un solo teléfono.
No comparto con quienes dicen que Apple es más marca que innovación, porque desde el comienzo, la compañía se ha caracterizado por tener una estrategia clara de publicidad y de marketing, incluso antes de lanzar el iPhone. Históricamente la compañía ha sido hábil en transmitir de manera adecuada, a un público determinado, un concepto correcto de sus productos.
Apple imparte una series de lecciones sobre innovación productiva. Al ser la más innovadora del mundo, sus pasos son valiosos si los aplicamos a nuestros casos particulares. La compañía destaca en el mundo tecnológico por cumplir a rajatabla los siguientes principios:
– Soñar un gran horizonte: alcanzar la innovación, plantearse metas grandes para no hacer lo mismo que el resto es punto de partida para ver el horizonte.
– Amar lo que se hace: esto es necesario para emprender, porque no hay peor cosa que alguien trabaje en algo que no le guste. Emprender no es fácil, demanda riesgo, tiempo e inversión.
– Es bueno relacionarse con más personas para fundar una empresa. Las estadísticas señalan que cuando una persona emprende sola, las probabilidades de éxito bajan; mientras si se asocia con un sujeto que le complemente, el equipo potenciará las fortalezas del proyecto.
– Dejarte ayudar por las incubadoras de ideas. Los proyectos que marchan solos también tienen altas probabilidades de fracaso, pero los que se dejan ayudar por personas con experiencia de haber quebrado empresas o cometido errores y tienen contactos que están al día con el emprendimiento, las probabilidades de éxito son mayores.