Durante sus primeros 100 días en el poder, el presidente Lenín Moreno enfocó su atención en dos aspectos claves para el país: la lucha contra la corrupción y el diálogo con los sectores sociales y productivos. Esta actitud ha generado la aceptación de gran parte de la ciudadanía, que le otorga altos niveles de aceptación, incluso por encima de su antecesor Rafael Correa.
Mientras tanto, ¿qué pasara con la economía del país? Durante las reuniones con el Consejo Consultivo y Tributario se ha evidenciado el interés del gobierno por bajar tensiones con los empresarios e impulsar políticas que los involucren en la recuperación económica de la nación.
Queda por ver si en la práctica estas negociaciones empiezan a plasmarse en hechos concretos que tienen que partir de una reconocida crisis económica. El Ecuador tiene una deuda $55.000 millones, un déficit de $8.271 millones y una recesión de tal magnitud que, si no se toman medidas a ser aplicadas en el corto y en el largo plazo, con resultados efectivos, podría incrementarse mucho más.
No es posible que el diálogo demore cuatro años. Lo recomendable es que en poco tiempo existan resultados en comercio exterior, en apoyo al sector emprendedor y en la apertura de los mercados internacionales. La hoja de ruta debe fijar acuerdos con países como Estados Unidos, Corea del Sur, China, entre otros.
A la par se requieren acciones en materia de tributaria como revisar el anticipo del impuesto a la renta para las empresas, esto devolvería liquidez al sector productivo. El trabajo del Consejo Consultivo y Tributario plantea aspectos positivos para la economía mediante acciones orientadas a recuperar la confianza y la seguridad jurídica que se habían perdido durante el pasado gobierno. De llevarse a la práctica, ambos indicadores permitirán la llegada de inversión extrajera y la repatriación de capitales que salieron al extranjero por la escasa libertad jurídica y por algunos actos de manipulación o retaliación hacia algunos empresarios.
En materia legal, es necesario transparentar las reglas del juego sobre todo por litigios potenciales que podrían presentarse con algunas empresas nacionales y extranjeras.Otro aspecto destacado de la gestión del actual mandatario es la lucha contra la corrupción, la cual, paradójicamente, se convierte en un “tributo fantasma”, pues casos como el de los sobornos de Odebrecht deben llevarse hasta el final y sancionar a los culpables.
En materia legal, es necesario transparentar las reglas del juego sobre todo por litigios potenciales que podrían presentarse con algunas empresas nacionales y extranjeras. Este es un aspecto clave para que el empresario pueda invertir sin riesgo alguno. Adicionalmente, el presidente Moreno debería revisar los acuerdos bilaterales con otros países que fueron desacreditados y descartados en la última administración.
Otro aspecto destacado de la gestión del actual mandatario es la lucha contra la corrupción, la cual, paradójicamente, se convierte en un “tributo fantasma”, pues casos como el de los sobornos de Odebrecht que involucran al vicepresidente de la República, Jorge Glas, y otros exaltos funcionarios en un principio pueden ahuyentar la inversión. No obstante, la justicia, con el debido proceso, está obligada a llevarlos hasta el final y sancionar a los culpables. Los actores políticos y sociales esperan una repuesta.
Finalmente, el dólar trajo estabilidad y poder adquisitivo para los ecuatorianos, de ahí que las acciones propuestas por el Consejo Consultivo y Tributario tienen el propósito de defender el sistema de dolarización. De esa forma el Ecuador podrá sortear problemas económicos externos que se le presenten en el camino y evitará llegar a una situación como la de Venezuela, cuyo gobierno no solo persigue al sector privado sino que es ineficiente e incapaz de producir.
En caso de no concretarse en políticas públicas los acuerdos logrados por el Consejo Consultivo y Tributario, la confianza de las fuerzas productivas se desmoronará y será muy difícil recuperarla. Definitivamente se requieren hechos concretos para salir de la crisis económica.