La nueva Asamblea Nacional Constituyente propuesta por el gobierno chavista, no resolverá sino agravará la situación económica de Venezuela. Este ente supraconstitucional estará por encima de las demás instituciones, pero no se avizoran resultados positivos de sus posibles decisiones, igual que el decreto de emergencia económica y cada ley habilitante aprobada por el presidente Nicolás Maduro.
En Venezuela, el tema político ha dejado de lado la agenda económica, que ha sumido al país en una suerte de círculo vicioso durante 18 años. Esto ha traído serias consecuencias para la nación frente a otros países de América Latina. Según el Fondo Monetario Internacional FMI) la nación caribeña tiene y mantendrá, en 2017, la peor economía de la región.
El 90% de los ingresos que recibe Venezuela provienen de la producción petrolera. Desde 2014 todas las economías que dependen de la venta del crudo sufrieron una baja de ingresos considerable. Esta situación afecta en mayor medida a ese país por su ingente gasto público y su excesiva deuda externa.
Al gobierno chavista no le interesa el desarrollo sector privado sino la ideología del socialismo del siglo XXI: un Estado centralizado que controla todo. Los decretos de emergencia económica y los controles más férreos han generado menor inversión y una gran inflación. Cada vez hay menos poder adquisitivo, menor liquidez en el mercado, un dólar volátil. La situación es crítica.
La Constituyente con olor a fraude ¿qué efectos económicos traerá para Venezuela?… ¿Cómo afectará el rechazo internacional? Algunos países han manifestado su rechazo a la Constituyente, aunque todavía no se ven las medidas exactas.
El posible bloqueo económico por parte de Estados Unidos, la Unión Europea, Argentina, Perú y otros países sumado a una eventual salida del Mercosur aislaría a Venezuela, además de los problemas que ya tiene el país, podría provocar un terrible desenlace.
La disminución de los ingresos implicaría una mayor impresión inorgánica de billetes por parte del Banco Central de Venezuela. Al gobierno también le quedaría la opción de endeudarse mucho más para mantenerse a rajatabla en el poder.
¿Eso qué significa?
Todo esto dependerá del nivel de las restricciones con respecto a sus exportaciones del petróleo.
Maduro ha dicho que el país está en una “crisis revolucionaria”, pero sus acciones económicas no han pasado de la retórica. Los decretos de emergencia económica no han surtido ningún tipo de efectos porque el sector privado se encuentra deprimido. El chavismo no ha impuesto una verdadera política económica con miras a otro tipo de procesos.
El gobierno de tinte dictatorial controla absolutamente todo. Fiel a la ideología que impera en los países del llamado socialismo del siglo XXI, Venezuela se ha convertido en un Estado que no ofrece libertades y restringe la inversión privada. Así ¿qué país del mundo va a poner sus capacidades y sus recursos donde no hay seguridad jurídica?
La situación política en Venezuela es álgida. La Constituyente coloca al país ante una disyuntiva: o Maduro cambia el modelo hacia una economía abierta al mundo o sale del gobierno.