“El Gobierno del Ecuador lamenta la decisión del Gobierno del Perú de llamar en consultas a su embajador en Quito, fundamentando tal decisión en la negativa a paralizar una obra que ejecuta en su territorio”, dice el comunicado de la Cancillería ecuatoriana, publicado luego de conocer que Perú decidiera llamar a consultas a su embajador en Quito.
Según la Cancillería peruana, la decisión de llamar a consultas a su embajador se había decidido “teniendo en consideración que el Gobierno del Ecuador ha construido un muro como parte del denominado Parque Lineal en la franja derecha del Canal Internacional de Zarumillla”.
Según Ecuador, la disposición de mantener una reunión en el curso de esta semana, a nivel de Cancilleres, para abordar ese y otros temas pendientes respecto a las obligaciones que tienen ambos países en el canal (fronterizo) de Zarumillaha sido expresada de manera reiterada a Lima, sin obtener respuesta.
Perú, según el comunicado de Lima, varias veces había solicitado a Ecuador a que paralice la obra que, según Quito, se construye en el lado ecuatoriano como parte de compromisos del acuerdo de paz suscrito en 1998 entre ambas naciones, que puso fin a una vieja controversia territorial que las llevo a varios conflictos bélicos.
El expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, para variar, había culpado de toda la polémica a la prensa. La prensa, según él, era la responsable de todo, no de la obra, porque la obra era perfecta. “¡Es increíble cómo la mala prensa puede hacer una tempestad en un vaso de agua! Nosotros no construimos “muros”, construimos PARQUES”, había escrito al compartir el detalle del proyecto denominado ‘Parque Lineal’ del Canal Internacional de Zarumilla.
El disparate, que según el expresidente constituía el reclamo sobre el muro del que se culpaba a la prensa, ahora está escalado a un problema diplomático en el que la prensa poco o nada tiene que ver.
Simbólicamente fue un desacierto poner como punto nuclear de un parque a un muro, porque no va con el discurso de la ciudadanía universal ni el de las fronteras abiertas para una región unida. Lo único que está claro hasta ahora es que para el proyecto del parque-muro no hubo un consenso con la contraparte peruana. Otro tema que necesita insertarse en la agenda de los diálogos impulsados por el Gobierno, porque toda controversia es superable desde una simple conversación.