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El Acuerdo Multipartes con Europa insertó a Ecuador en el mundo global

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A seis meses de la vigencia del Acuerdo Multipartes suscrito entre el Ecuador y la Unión Europea (UE) es prematuro realizar un balance económico, empero hay buenas expectativas ante la incorporación efectiva del país al comercio internacional y su apertura a los mercados.

Desde el lado de las exportaciones, prácticamente está todo por hacer a fin de aprovechar el mercado, de 500 millones de personas, cuyas puertas se han abierto al país. A este sector le corresponde fortalecer e incrementar la producción de bienes primarios (ciertamente sin mayor valor agregado), que envía al bloque desde mucho antes de la aprobación del convenio.

El ingreso al bloque con arancel cero, que ahora tienen productos tradicionales como flores, esencias de café, atún, textiles, entre otros, los vuelve más competitivos y así pueden llegar en mayores cantidades. En tanto, la industria debe esperar a desarrollarse mejor para tener cabida en la UE.

A lo largo del tiempo, el banano siempre fue el “rey” de los productos que se envían al mercado europeo. Con el Acuerdo, el liderazgo se mantiene, a pesar de que la tasa no fue eliminada aun cuando el bloque la redujo. Igual ocurre con otros productos que se beneficiaron con la rebaja.

En la otra orilla están las importaciones, pues el convenio ofrece a la Unión Europea la posibilidad de introducir productos con arancel cero en el mercado ecuatoriano. El listado incluye a los licores (por mencionar un ejemplo), cuya disminución de precios empieza a notarse.

El incremento de la demanda por bienes procedentes de Europa a menor costo, podría causar interferencias con la producción nacional. No obstante, una eventual afectación a la balanza comercial solo podremos observar a fin de año o al concluir el ejercicio fiscal.

En 2009, el Gobierno del expresidente Rafael Correa abandonó la negociación en la que formaba parte de un bloque con Perú y Colombia. Ese año el país tuvo los mayores niveles de ingresos petroleros debido a la volatilidad de los precios, en una época en que el mundo trataba de salir de su última crisis económica.

Puede que aquella bonanza temporal haya incidido en la decisión gubernamental y el país dejó pasar la oportunidad de alcanzar las preferencias al mismo tiempo que sus vecinos. Luego, para 2014, los precios del crudo habían bajado y Ecuador registraba pérdidas en el sector externo. Entonces hubo que tomar medidas. Así retomó -en solitario- la negociación con Europa.

A estas alturas es inútil lamentar lo que pudo haber sido y no fue. Ahora hay que mirar hacia adelante, crecer lo más posible. También es oportuno elaborar otros productos e incursionar en nuevos mercados.

Para cumplir este objetivo se torna necesario evaluar otros sectores con excedentes exportables, además del banano. Asimismo, la producción de muchos bienes primarios depende de insumos importados, de capital, maquinaria, fuerza laboral, entre otros aspectos a tener en cuenta.

En la actualidad, Estados Unidos es el principal socio comercial del Ecuador: un 40% o 50% de nuestras exportaciones tienen ese destino. Por esta razón, tanto el Gobierno como el sector productivo deberían explorar la manera de crecer en ese mercado. Esto pasa por la negociación de un acuerdo comercial, que no es lo mismo que un Tratado de Libre Comercio (TLC).

La apertura mostrada por el presidente Lenín Moreno, con su convocatoria al diálogo nacional, permite atisbar que podría haber alguna voluntad del Gobierno en este tema (al menos para conversar). No se avizora lo mismo desde el lado del presidente Donald Trump, ya que en su agenda están otras prioridades que difieren a los acuerdos comerciales.

Por donde se mire, el Acuerdo Multipartes con la Unión Europea insertó a nuestro país en el mundo global. ¿Seremos capaces de enfrentar el desafío? La respuesta es un Sí rotundo. Ecuador ya lo demostró al colocarse en el primer lugar de las ventas de banano, cacao, flores, camarón… cuando aún regían todos los aranceles. Esta es una oportunidad para aprovecharla.

 

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