La pieza Pagliacci (Payasos), ubicada entre las 20 óperas más representadas en todo el mundo, se presenta luego de dos años de trabajo en el Teatro Bolívar de Quito con una gran aceptación. La pieza es una de las infaltables del repertorio operístico mundial.
Tras 125 años, el Conservatorio Franz Liszt asumió el reto de montar la obra que gira en torno a un personaje femenino y la dicotomía que habita en un payaso.
“Todo se dio como una carrera de resistencia. Si tú miras al elenco de ahora, es muy diferente con lo que se empezó. El reto en esta puestas no es las ganas que le pongas, sino en cómo mantienes esas ganas”, dijo Ángeles Terreros, directora musical.
En esta ‘carrera de resistencia’, 140 artistas entre niños, jóvenes y adultos han mantenido el paso para que el público puede disfrutar del espectáculo.
“La ópera es la culminación de las artes. En la ópera siento que está la cima de todas las expresiones porque ahí se suman. Está el canto, la música en vivo, los coros, la escenografía, el vestuario, el teatro… Todo se envuelve en la ópera, y es bueno el resaltar que no está hecha solo para las élites”, dijo Sofía Izurieta, directora del Conservatorio Franz Liszt.
Terreros dijo que la pieza tiene su empatía con el público porque parte de la corriente del verismo donde “pesan las emociones y situaciones reales”.
Uno de los retos es el colocar en escena esas emociones. “Es complejo el poner en escena los conceptos, visibilizar sobre los temas que se hablan en la obra y cómo estos los representan los personajes. Cuando se consigue el público termina identificándose con algo. Eso es lo que buscamos”, dijo Juan Pablo Acosta, director escénico.
Otro reto que tuvo que superar Acosta fue el preparar a los cantantes en lo actoral, pues la mayoría no contaba con una entrenamiento en este campo.
La obra tendrá funciones el 8 y 10 de junio, a las 20:00.