El mundo está dando un giro en materia de derechos civiles, el paso dado por Alemania lo demuestra. Una mayoría Parlamentaria de la Cámara Baja ha aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo con iguales derechos civiles a los del matrimonio heterosexual, incluida la adopción, algo a la que se oponía y se opuso incluso en la votación la canciller Ángela Merkel, que ha celebrado, sin embargo, el paso dado por la igualdad de derechos.
Todavía en 72 países es prohibido el matrimonio gay y en 12 puede ser castigado hasta con la muerte, entre ellos Arabia Saudita, Irán, Yemen, Sudán, parte de Somalia y 12 Estados de Nigeria. La pena de muerte está en sus leyes. Y Catar, Mauritania, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos no se cierran a esa posibilidad. Los yihadistas la aplican en en Iraq y Siria.
Los derechos civiles por los que ha peleado a la humanidad a lo largo de los años no es exclusiva para la población hetero. Los derechos civiles son para las personas, independiente de su orientación sexual. Eso no lo han entendido ciertos Gobiernos que todavía, desde sus visiones, desde su moral o desde lo que llaman sus valores, se han opuesto a caminar en la progresividad de los derechos.
No hay ningún valor moral en desconocer los derechos del otro, de las personas. Eso es de elemental sentido común. No hay ningún valor en un Plan Familia como el imaginado en el Gobierno anterior, en el que se intentó imponer una visión de moral como política pública.
Alemania ha dado grandes pasos para reconciliarse con la humanidad desde la lacra del nazismo, y está votación donde reconoce los derechos civiles de los homosexuales es un gran paso sin duda.