En una sociedad móvil tan interconectada cada día aparecen nuevas aplicaciones y nuevos programas montados en la Internet; es decir, la tecnología, las comunicaciones y las nuevas aplicaciones forman parte de la gestión, de los procesos, de la vida en cada ser humano. WhatsApp es un ejemplo de ello, pero no es que no existan otras alternativas.
-Alternativas para el WhatsApp hay, pero, cuando el usuario se acomoda a un servicio, luego es muy difícil cambiar-. Por ejemplo, pueden mencionarse algunas plataformas: Telegram, una plataforma rusa que tiene más de 100 millones de descargas, es gratuita y tiene un código abierto. Está disponible en iOs y Android. LINE es número uno en descargas en más de 52 países, entre ellos Japón, Tailandia, Taiwán, España, China, Indonesia, Singapur, Hong Kong, Malasia, India, Suiza, Arabia Saudita, México, Rusia, Macao, Emiratos Árabes. Está disponible en iOs y Android. También está el Messenger Facebook, una aplicación que tiene cerca de mil millones de descargas. Disponible para los usuarios en iOs y Android.
La caída global del servicio de WhatsApp el pasado miércoles por la noche, dejó colgados a millones de usuarios en todo el mundo, causó pérdidas millonarias en esta compañía y quizá una terrible afectación en sus usuarios. Hechos como este hay que mirarlo desde un punto de vista sistémico, siempre la sociedad de la información se requiere de competencias digitales. No estar preparados para la caída de cualquiera de las plataformas de comunicación en la web es como no estar preparados para la sociedad del conocimiento, por esta razón es necesario desarrollar un conjunto de competencias relacionadas con la sociedad de la información y el mundo digital.
Dependencia tecnológica como parte del desarrollo.
Es indudable que, con el desarrollo de la humanidad, siempre han existido logros, sobre todo tecnológicos, que han llegado para quedarse. La dependencia de la tecnología siempre ha existido en mayor o menor medida en la historia de la humanidad. Así por ejemplo…¿como se sentiría el hombre en el transcurso de los años cuando…en la prehistoria se le apagaba el fuego?; se le dañaba la rueda de su carruaje?; llovía y no podía enviar señales de humo?. O en la actualidad cuando se interrumpe el fluido eléctrico, se rompe el teléfono fijo o el televisor, nos asaltan y llevan el celular; se daña el refrigerador en una ciudad como Guayaquil; un virus ataca la computadora de la casa y la deja inutilizada; se interrumpe el servicio de internet….. En todos estos casos se producen serias afectaciones en las vidas de cada uno de los integrantes de cualquier núcleo familiar.
La competencia tecnológica
Esta tiene que ver con el manejo adecuado de un dispositivo y sobre todo con los conocimientos sobre tecnología, para saber qué hacer en caso de que algo no funcione. La tecnología va a una velocidad tal que las instituciones educativas o las mismas personas no alcanzan a seguir su ritmo; además, el acceso a toda esta tecnología no siempre es igual.
No se puede negar que la tecnología, en la actualidad, se haya convertido en un bien de primera necesidad para las personas. Si el ser humano quiere investigar, aprender y desarrollarse, necesita de la tecnología y negar esto es simplemente dejar que la rueda de la historia nos pase por arriba.
Sin embargo, esta temática depende del contexto en qué nos encontremos… país, provincia, condiciones económicas, geográficas, climáticas, etc. No es lo mismo el uso y el nivel tecnológico de un país desarrollado de primer mundo que los avances de los países de América Latina, donde existe otra marcha, otros recursos, otro capital humano. No obstante, esto no significa que se nieguen los avances.
¿Hay dependencia o no de la tecnología?
Hay personas que dependen de la tecnología indiscutiblemente por el conjunto de actividades que realizan estando siempre pendientes al desarrollo y sus avances. Sin embargo, ya aparecen casos de lo que pudiésemos llamar tecno adicción, una verdadera enfermedad sobre todo en los jóvenes y niños quienes prácticamente no se despegan del computador, celular o display porque prácticamente se están convirtiendo en robots bien aislados del mundo. Esto provoca su alejamiento, que no se relacionen con la sociedad, no se ven cara a cara, no conversen. Simplemente todo el tiempo están conectados y esto a la larga conlleva a serios problemas porque el hombre es, ante todo, un ser social.
Lo cierto es que hoy día se están redefiniendo las vías y formas en que las personas se comunican y relacionan. Las redes sociales ayudan a eso, pero eso no significa que todo tiene que circular a través de estas plataformas; es decir, hacen falta las relaciones personales, mostrar cariño, amor, enojo. (…) Los sentimientos, la familia son necesarios y hay valores que mantener.
Si WhatsApp no funciona o si no hay Internet en casa, debe ser una oportunidad para compartir, sentarse en la mesa, conversar, resolver los problemas, hablar con el vecino. En realidad, hay muchas cosas que no hacemos durante muchos meses, durante muchos años, debido a la facilidad que tenemos para comunicarnos.
Y aunque esto sea una verdad obvia, la sociedad debe tener siempre un plan B para aprender a ser mejores habitantes en este ciberespacio. La generación del futuro va seguir el camino de las tecnologías, solo que es necesario reforzar los aspectos éticos que no siempre se tienen en cuenta. Hoy en día, el ser humano gracias a la tecnología hace las cosas diferentes, pero sigue aprendiendo. Ellas ayudan a saltar algunas brechas; la computadora, el celular, por tan solo citar dos han cambiado la forma de ver el mundo, el hombre debe desarrollar nuevas competencias.
El problema no está en el uso o no de estas tecnologías, sino en la forma, en la ética. En la medida en la que el ser humano combine, articule, integre el alto desarrollo tecnológico con nuestros principales valores como seres humanos, podrá valorar aspectos tan cruciales como la unión familiar y sus convicciones personales.
Resumiendo…Whatsapp y su interrupción simplemente nos mostró cuan dependiente es cada día más la humanidad de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el ámbito laboral, educacional, familiar, etc. Esto es una fortaleza y a la vez una amenaza preocupante pero inevitable. Debemos aprender a convivir y saber reaccionar ante tales amenazas. La subsistencia de nuestra raza en mucho dependerá de la creación de ecosistemas de cómputo y comunicación con suficientes alternativas para su sostenibilidad y soportados por valores éticos que permitan seguir siendo lo que somos…personas, seres humanos, seres sociales.