Estudiar el rendimiento académico es muy complejo porque tiene múltiples componentes, por lo que se lo considera como multifactorial, es decir, depende de elementos cognoscitivos, motivacionales, socioambientales, y pedagógicos o metodológicos. Este amplio interés ha hecho que el rendimiento académico sea, probablemente, uno de los factores más analizados y de cierta forma, también, una medida de un sistema educativo eficiente y eficaz.
Normalmente, el estudio del rendimiento académico se enfoca en aquellos casos de estudiantes que tienen un bajo nivel del mismo, esto es comprensible, porque se trata del grupo más vulnerable y muy propenso a tomar la decisión de abandonar los estudios.
Pensando en fortalecer el proceso de enseñanza – aprendizaje y por consiguiente el rendimiento académico de los estudiantes, las instituciones educativas buscan y emplean diversas estrategias que generen o intenten generar efectos positivos en los estudiantes. Por ejemplo, para estimular la integración – académica y social – despliegan planes para incentivar el estudio autónomo y las interacciones positivas entre compañeros y profesorado.
Este breve artículo intenta ser particular porque describe la relación que existe entre el alto rendimiento y las calificaciones o “puntos adicionales”, obtenidos por participar en actividades no obligatorias. Para simular la relación propuesta, se tomó los resultados finales de 6.136 estudiantes, matriculados en las diferentes titulaciones del sistema de estudios a distancia de la Universidad Técnica Particular de Loja. Este grupo de alumnos, en el período octubre 2016/febrero 2017 tuvo, al menos, una asignatura con un rendimiento igual o superior a 38 puntos – sobre 40 puntos posibles –. Asimismo, es importante especificar que todos los estudiantes tienen la posibilidad de participar en actividades no obligatorias, que les acreditan hasta un máximo de seis puntos adicionales a los obtenidos en las actividades obligatorias. En el caso de los estudiantes de alto rendimiento, por ejemplo los que tienen 40/40 y tienen seis en actividades adicionales, no se agregan puntos porque ya alcanzaron el puntaje máximo.
¿Cómo usan los puntos adicionales los estudiantes de alto rendimiento académico?
El grupo de estudiantes analizados se matriculó en 27.624 asignaturas, de las cuales en 12.680 tuvieron un alto rendimiento académico. Los 12.680 datos fueron nuestro universo de trabajo. El 95,6 % de los casos tuvieron al menos un punto por la participación en actividades no obligatorias. En la tabla 1 se presentan cada una de las posibilidades, la lectura de la tabla es simple y por ello vamos a tomar, como ejemplo, los casos extremos. El lector podrá analizar los casos que le parezcan particulares.
En el rango de 40 puntos están los casos extremos. Hay 100 estudiantes que no realizaron o sacaron cero en su participación en las actividades opcionales, pese a ello, tienen el máximo puntaje acumulado; en cambio que, 1.589 tuvieron el máximo de calificación – seis puntos – en las actividades en línea y el máximo de rendimiento académico en la asignatura, en este grupo habrán casos que, con las actividades regulares no llegaron al máximo e hicieron uso de los puntos adicionales.
La tabla 1 nos permite tener los escenarios de interacción de las dos variables, pero nuestro propósito es determinar el uso del puntaje acumulado para llegar a tener un buen rendimiento en la asignatura matriculada. La tabla 2 realiza la comparación entre el puntaje que acumuló en actividades no obligatorias y el puntaje que uso para llegar al máximo de rendimiento.
La matriz anterior recoge todas las posibles combinaciones de los puntos acumulados y usados por los estudiantes para alcanzar el máximo de rendimiento académico. Las filas representan los puntos utilizados y las columnas los puntos acumulados en las actividades extras. Por ejemplo, la primera fila reúne los casos que no usaron puntos (cero) en comparación con todos los puntos acumulados ( 0 a 6) en las columnas. La primera combinación ( 0, 0 ), tiene 561 casos de estudiantes que no realizaron actividades o sacaron cero en ellas, es el 61 % de los casos que no necesitaron puntos extras y el 4 % del total; la segunda combinación ( 1, 0 ) tiene 133 casos que acumularon un punto en actividades extras pero que no lo utilizaron porque, con las actividades obligatorias, alcanzaron el máximo puntaje. Esa es la dinámica de análisis de la matriz.
Tres fueron los puntos más usados, independientemente del número de puntos acumulados, 2.799 [22%] casos utilizaron ese puntaje para llegar al máximo de su rendimiento; mientras que cinco fueron los puntos más acumulados, 3.138 [ 25% ] casos. En general, fueron más los puntos acumulados que los utilizados, el 39% de los estudiantes utilizó todos los puntos acumulados, mientras que 61% no necesitó usar todos los puntos acumulados.
No es necesario llegar a un mayor nivel de descripción de los datos, pero si es importante ensayar algunas conclusiones:
- Los estudiantes que tienen un alto rendimiento académico toman las actividades extras, no obligatorias, desde un punto de vista más estratégico, están conscientes que les ayudarán a tener un mayor nivel de integración.
- Les permite generar una dinámica positiva entre los actores del sistema de estudio, ya que interactúan con sus compañeros y con el docente.
- A la vez que desarrollan competencias en la asignatura, se preparan para tener éxito en los eventos obligatorios.
- En cierta medida se empieza a vivir el principio del estudio autónomo, ya que la motivación principal no son los puntos que pueda acumular y usar para mejorar su rendimiento académico, sino nutrirse de conocimientos, haciendo su proceso más eficiente y eficaz.