Nicolás Pernett es uno de los grandes especialistas en la obra de Gabriel García Márquez, fue curador del portal La Gaboteca de la Biblioteca Nacional de Colombia, es historiador y mágister en Literatura y ahora fue invitado a dedicar una temporada a estudiar el archivo privado del autor en la Universidad de Texas, en Estados Unidos. según BBC Mundo.
BBC Mundo invitó al especialista seleccionar un puñado de ediciones con historias peculiares, a propósito del 50 aniversario de la impresión de la primera edición de su obra más emblemática.
1. La primera edición
Fue editada en Buenos Aires, Argentina, por Sudamericana; impresa en el 30 de mayo de 1967, aunque salió al mercado la primera semana de junio. En 1965 García Márquez estaba en México, en una suerte de crisis creativa, cuenta Pernett: “Trabajaba en publicidad y en cine, pero ganaba muy mal, sentía que ya no le salían libros, que estaba un poco bloqueado”.
“No vendía mucho, sus libros vendían unos 1.000 ejemplares, 2.000 con suerte“. Pero tuvo la fortuna, dice el especialista, de ser escogido por la agencia literaria de Carmen Balcells, de Barcelona, la que negoció que Sudamericana comprara sus libros y le publicara una nueva obra.
García Márquez le dedicó un gran esfuerzo a la escritura de esta novela y contó con un enorme apoyo de su esposa. Como ya es historia conocida, fue un éxito, pero también una gran apuesta: la primera impresión fue de 8.000 ejemplares, que se vendieron en menos de un mes.
Para ese momento 8.000 ejemplares de un autor que no vendía más de 1.000 fue bastante ambicioso. “Lo que pasa es que García Márquez, como parte de la estrategia de la gente de Carmen Balcells, empezó a mandar capítulos a revistas, a periódicos, a escritores, le mandó pruebas a Carlos Fuentes, a Julio Cortázar, y eso empezó a crear un ruido alrededor de la novela”, explica Pernett.
2. La segunda edición
Fue tan exitosa la obra, que se reimprimió casi de inmediato, en junio mismo. Pero había algo más: la idea es que la portada no fuera la que salió en la primera impresión, sino una que se le había comisionado al artista mexicano Vicente Rojo.
El asunto es que no llegó a tenerla a tiempo para los primeros 8.000 ejemplares (lo que los hace particularmente especiales y deseados), pero sí para los demás. Era una referencia al juego de dados que se llama “macondo”, como el pueblo de Cien años de soledad.
Con muchas de las figuras se pierde. “Pero cuando sale el árbol de macondo”, cuenta Pernett, “se gana; el macondo también es un árbol”. Pero con la portada de Rojo pasó algo más. Al empezar a recibir la edición, muchos libreros comenzaron a quejarse porque una “e” aparecía invertida. “Decían: ‘Me llegó la edición, pero con un problema, es que la ‘e’ está mal impresa”.
Varios hasta llegaron a devolver ejemplares, dice. Sin embargo, había sido una decisión de Rojo. “Se empezó a vender de una manera que el propio García Márquez no entendía, que nadie entendía”, sigue Pernett. “Llegaron a ser ocho ediciones nada más en el primer año”.
“Tomás Eloy Martínez tiene una crónica muy bonita de cuando García Márquez va a Buenos Aires justamente en el invierno argentino del 67 a hacer la promoción del libro. Estaban en un restaurante, estaban cenando, y vieron pasar a una señora con la bolsa del mercado con los tomates y un libro de estos. Entonces García Márquez dice: ‘Si la señora lo compró es porque se va a vender bien’“.
3. La del premio Rómulo Gallegos
Entre 1967 y 1976 solo aparece en español la edición de Sudamericana, dice Pernett.
Pero hay una excepción. En 1972 García Márquez se gana el premio Rómulo Gallegos de novela que entrega el gobierno de Venezuela y le piden permiso para imprimir la novela en la editorial venezolana Monte Ávila, vinculada al premio.
“Es una edición muy rara”, explica el historiador, “como se ganó el premio, parte de las exigencias era que cediera los derechos para una única impresión de la novela en Venezuela”.
4. La primera edición en otro idioma
El éxito de Cien años de soledad llevó a que rápidamente apareciera la primera traducción. Fue en 1968 y en francés (a los pocos meses se edita en alemán).
“García Márquez aprovecha la edición francesa para cambiar la dedicatoria“, cuenta Pernett. En español está dedicada a Jomí García Ascot y María Luisa Elío. “Era un matrimonio, él director de cine y ella actriz, amigos de García Márquez y su esposa en México, que estuvieron muy cerca de él durante la escritura de la novela. Pero también en México era muy cercano a Álvaro Mutis, el escritor colombiano y de su esposa Carmen”.
Así que decide que la edición en francés, y de ahí en adelante todas las ediciones en ese idioma, llevarían la dedicatoria a Mutis y su esposa. “Fue una de las pocas ediciones que García Márquez revisó, porque hablaba francés”.
5. La paciencia con el inglés
“La traducción en inglés estaba planeada para salir también en el 68”, cuenta Pernett, “pero Julio Cortázar le aconseja a García Márquez que la traducción de esta novela la hiciera un traductor que se llamaba Gregory Rabassa“. Rabassa estaba ocupado, pero Cortázar le dice que espere, que valía la pena.
García Márquez le hace caso y finalmente esa edición sale en 1970. “García Márquez dijo que le gustaba mucho la edición inglesa, no sé qué tanto la pudo leer porque no dominaba el inglés”, dice Pernett.
“Llegó a decir que era mejor que la de español, pero sabes qué pasa, yo creo que la fama mundial de García Márquez se debe a esta traducción, porque Rabassa hizo un muy buen trabajo traduciéndolo y obviamente la mayor parte del mundo lo leyó en inglés a García Márquez, no en español”.
Esta edición, dice el especialista “le abre muchas puertas en el mundo”.
6. La censurada edición soviética
En 1971 la novela se edita en ruso, en la Unión Soviética. “A este libro le quitaron las escenas sexuales de la novela”, cuenta Pernett. “El régimen de censura soviético era muy fuerte. Por ejemplo, José Arcadio, que es un personaje de la novela conocido por tener un pene prominente, se acerca sobre una chica y la abraza para que lo sienta y luego hacen el amor en una carpa de gitano, esa salió”.
“O las escenas de Pilar Ternera, que llega a ser una prostituta prominente. García Márquez reaccionó en varias entrevistas”, recuerda el historiador, “dijo que no le gustaba lo que habían hecho con su traducción al ruso”.
“Era comunista pero no le gustaba mucho la Unión Soviética”, agrega. “Él todo lo de Cuba un poco lo perdonaba, pero no era muy amigo de la URSS”.
7. Un agradecimiento a Barcelona
García Márquez vivió un tiempo en Barcelona, del 67 hasta mediados de los 70. “Él insistió mucho en que se tradujera al catalán”, cuenta Pernett. “Él mismo fue como el gestor de esa traducción; la primera salió en el 70, solamente fue un tiraje de 3.000 ejemplares”.
Se trató de una de las pocas gestiones directas que Gabo hizo para una traducción de Cien años de soledad. “Fue como una forma de agradecimiento a Barcelona y a sus amigos en Barcelona. Fue en esa ciudad donde García Márquez empezó a vivir el éxito de Cien años de soledad y ahí fue que le llegaron todas las regalías y pudo dedicarse a escribir todo el tiempo”.
8. La pirata edición china
“Además es muy buena”, agrega el experto en Gabo que acota que se vendió por millones en China.
Está editada en Shanghái y el propio traductor envió una copia a la Biblioteca Nacional de Colombia.
9. La primera edición en Colombia, con disputa
García Márquez en los 70 funda la revista Alternativa, de izquierda, junto a otros intelectuales del país. “Tiene mucho interés en invertir su éxito en Colombia, que se vea reflejado en algo”, cuenta Pernett. “Y con uno de sus amigos de la revista, José Vicente Kataraín, crean -crea Kataraín- la editorial Oveja Negra”.
García Márquez gestiona con Carmen Balcells para que le den los derechos a esa editorial. “La idea era crear libros baratos para la gente, que se vendieran y que las ganancias sirvieran en gran parte para financiar la revista y otros proyectos políticos en Colombia”, dice el experto.
Se publica una primera edición en el 78 y luego otras. Luego sobreviene el drama. “Lo que pasó es que esta editorial empezó a jugarle doble a García Márquez, porque le decía que iba a imprimir 5.000 ejemplares, que era lo que le daba de regalías, pero imprimía 100.000 realmente”.
“Fue una especie de robo continuado durante varias ediciones de los 70 y los 80, hasta como el 88 que fue que se dieron cuenta del timo y García Márquez ya le quitó todos los derechos y empezó a demandarlos, se fue a la corte hasta como el 2002”. ¿Cómo terminó la historia? “Con una multa por el desfalco”, dice Pernett.
10. La primera edición académica
La primera edición con un estudio introductorio llega en 1983, al año siguiente de que García Márquez recibiera el premio Nobel de Literatura.
El estudio es del español Joaquín Marco. “Me gusta mucho, es una buena introducción”, según Pernett.
Esta edición marca definitivamente el ingreso de la obra de Gabo al ámbito académico, explica: “Ya empieza a estudiarse a García Márquez, es un autor sobre el que ya hay tesis de doctorado”.
11. La edición del millón de ejemplares
Para celebrar los 80 años de vida de García Márquez, en 2007 la Real Academia Española (RAE) decide editar una edición económica, con varios textos introductorios, y con una descomunal tirada de un millón de ejemplares. “Esta es ya la consagración absoluta. Es el ultrahomenaje”.
“García Márquez, para esta edición, además, le hizo cambios al texto, por primera vez“, cuenta. Cambios de ortografía como, por ejemplo, la eliminación de la tilde en la palabra “solo” cuando se utiliza como “solamente” y también cambios en un par de adverbios.
“Él decía que detestaba los adverbios terminados en ‘mente’, por ejemplo ‘le dijo lentamente’; él quiso eliminar eso. García Márquez dijo que no pasaron de cinco las correcciones. porque sostenía que no era honesto reescribirla”.
12. La edición ilustrada cubana
Pero la de la RAE no fue la única edición que celebró los 80 años de Gabo. Hubo una, ilustrada, en Cuba, que incorporó también los cambios que el autor quiso introducir en la de la RAE. “Mucho más modesta, mucho más pequeña, pero muy bonita”, dice Pernett. No hay muchas ediciones ilustradas, además.