Los sobrevivientes de la tragedia de Mocoa se ubicaban en la fila, en plena vía al municipio de Villa Garzón, para ingresar al cementerio de Normandía que colapsó por la gran cantidad de gente que intentaba ingresar, según diario El Tiempo de Bogotá.
Cuatro soldados fueron ubicados para controlar el ingreso y daban paso a grupos de a cinco personas que con el número de la cédula de su familiar o amigo preguntaban si el desaparecido se encontraba entre los muertos.
El presidente Juan Manuel Santos entregó en la noche del domingo un nuevo reporte en el que no dejan de incrementarse las cifras de víctimas mortales. “El balance, aún parcial, es dramático. Su evolución ha sido como una tortura china”, dijo. Las cifras oficiales de muertos ya llegan a 254, los heridos son más de 200 y los desaparecidos superan las dos centenas.
Sesenta muertos son menores de edad que no lograron escapar de la avalancha que recorrió 8 kilómetros en bajada y que alcanzó a arrastrar 11 millones de metros cúbicos de lodo, rocas y material boscoso. Los restos tendrán que ser dejados en fosas abiertas para que las personas se acerquen y traten de identificar a sus familiares.
Dos coliseos, dos colegios y una sede indígena quedaron convertidos desde la madrugada del sábado en refugios para las personas que lo perdieron todo en la tragedia.
Las Fuerzas Militares usaron ocho helicópteros y tres aviones, entre ellos uno medicalizado, para transportar ayuda humanitaria a la zona. Ya se han logrado ingresar mil kits de aseo, mil kits alimentarios, 3.000 colchonetas, 4.000 frazadas, mil kits de cocina y más de 14 toneladas de ayuda humanitaria entre agua, equipos como plantas eléctricas, de comunicación y de búsqueda y rescate.