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Una aplicación necesita una visión futurista para mantenerse en el mercado

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Una aplicación es un software que está diseñado para que funcione en un dispositivo móvil y sirve para cubrir una necesidad de cualquier persona, sea esta de negocios, comercial, financiera, educativa. (…) Las Apps tratan de facilitar a la gente la forma de acceder a un medio. Por ejemplo, yo no creo que en este momento una persona que trabaja y se maneja con un banco no tenga la aplicación de esa institución instalada en su dispositivo móvil para mirar el estado de su cuenta.

Las aplicaciones comenzaron a ser una novedad en otros países desde el año 2010, pero en Ecuador recién comenzaron a popularizarse hace unos dos o tres años. Primero aparecieron las aplicaciones de juegos que poco a poco fueron enganchando a la gente, pero ahora más que un juego se han convertido casi en una necesidad.

Existen ciertas características que garantizan el éxito o fracaso de una aplicación. Está, por ejemplo, la usabilidad. Los usuarios no tenemos paciencia como para dar vueltas alrededor de una aplicación, por eso tiene que ser de fácil navegación, intuitiva, que permita su manipulación inmediata.

Otra cosa que los usuarios tienen muy en cuenta es la impresión. La primera es un gancho fuerte, visualmente hablando: si es bonita, si es fea, si los colores me agradan o no. Y luego está la promoción que se haga.

En el marketing sobre una aplicación importa mucho la viralidad que se pueda crear ya sea en Facebook o Twitter. Eso demanda una inversión en los medios digitales.

Si la App tiene éxito inmediatamente comienza a generar réditos económicos, por ingresos publicitarios. Y si llega a ser famosa la gente comienza a verla como algo comercial que se mantendrá en el mercado por los servicios que ofrezca, es decir, si me permite comprar, suscribirme a algo, engancharme con otra App.

Todo siempre dependerá de la promoción que se haga. Un ejemplo de promoción exitosa es la de Apple. El iPhone 8 al parecer va a salir el próximo año, pero desde ahora la campaña publicitaria es abrumadora. Todo el mundo ya quiere tener su iPhone 8 y todos se preguntan sí va o no a revolucionar el mercado de los smartphones.

Una aplicación necesita una visión futurista para mantenerse en el mercado, porque ni siquiera las aplicaciones de entretenimiento tienen su éxito asegurado. El caso de Pokemon Go, por ejemplo, tuvo su tiempo de impacto, pero a los tres meses los chicos se desilusionaron porque ya se convirtió en algo monótono y dejó de mantener el interés del jugador. No hay la expectativa para mantenerse en el mercado si una aplicación no está diseñada con una visión futurista.

El futuro está en las aplicaciones, es hacia dónde vamos y no solo en el ámbito comercial o de entretenimiento, sino en el ámbito educativo porque es como cargar en el bolsillo el libro, el profesor, el diccionario y llevarlo al aula de clases.

En el campo educativo se mira mucho lo que se hace con las Apps en el ámbito comercial. Grandes empresas como Zara atraen a sus clientes con juegos en sus aplicaciones. Y esa mentalidad del juego es la que los docentes tratamos de llevar a las aulas, utilizando sus mecánicas, sus dinámicas, sus logros.

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