Queridos amigos ecuatorianos y extranjeros, ahora que, por fin, se ha declarado (aún no oficialmente) la segunda vuelta, quiero insistir en que ni yo, ni miles de ecuatorianos salimos a las calles a exigir una segunda vuelta, sino transparencia en el proceso electoral, Y ESO AÚN NO LO HEMOS CONSEGUIDO.
Por eso desde ahora mismo, nos hemos de comprometer TODOS con la transparencia en el proceso electoral, algo que en las últimas horas, hasta el mismo Presidente Correa y su partido Alianza País han cuestionado.
Que todo lo sufrido, trabajado, gritado, el frío pasado bajo la lluvia y en las madrugadas y el esfuerzo comprometido sirvan para que sea LA ÚLTIMA VEZ que haya la mínima sospecha en los procesos electorales en Ecuador, y podamos aprender esta lección para tener una democracia mejor, paso imprescindible para tener un país mejor.
Propongo, sin ser experto y no como numerus clausus, las siguientes medidas imprescindibles todas para garantizar la transparencia del proceso en la segunda vuelta y que no volvamos a someter al Ecuador a la tensión institucional de estos días.
1) Dimisión de Juan Pablo Pozo y nombramiento de un Presidente Interino del CNE que sea de consenso y que goce de reconocido prestigio (por ejemplo, y solo a título de ejemplo: la ex-presidenta Rosalía Arteaga).
2) Volver a invitar a los observadores electorales de la Unión Europea.
3) Respeto, apoyo y garantía del trabajo de Participación Ciudadana, cuya veeduría ha sido de vital importancia estas elecciones, y que el domingo a la tarde denunciaron que no les estaban dejando hacer su trabajo. De hecho animo a todos los ecuatorianos a colaborar con esta encomiable organización de al sociedad civil y a-partidista.
4) Ha habido denuncias de que no se ha respetado la cadena de custodia de las actas. Exigir a la Policía y al Ejército el escrupuloso cumplimiento de su deber con todas y cada una de las actas. También la policía debe garantizar que sólo las personas acreditadas estén en los recintos electorales, pues hemos visto imágenes de candidatos dentro de los recintos de conteo.
5) Responder a las denuncias presentadas por Néstor Marroquín, auditor del partido Concertación y que le llevó a dimitir hace meses, sobre los sistemas informáticos y el padrón.
6) Que el Consejo Nacional Electoral garantice que no habrá “apagones informativos”. Y que el/la Presidente/a del Consejo Nacional Electoral anuncie a qué horas dará ruedas de prensa (al menos tres por día). Y han de ser ruedas de prensa abiertas a preguntas, no informes o comunicados, pues en este proceso ha quedado demostrado, una vez más, la importancia de una prensa libre e inquisitiva (gracias al periodista del Diario La Hora por ello).
7) Que se haga público un cronograma tentativo de cuándo se podrán ir dando los resultados con márgenes de participación. Es entendible que el cronograma no podrá ser exacto, pero sí puede ser tentativo y se pueden dar explicaciones de por qué se adelanta o retrasa. Es increíble que el señor Pozo lleve meses promocionando la celeridad del sistema implementado con titulares como “en tres horas daremos los resultados” y que ahora se retrasen tres días.
8) Que se comprometan a publicar todos los datos de los que el Consejo Nacional Electoral disponga. Es sabido que contrataron un conteo rápido y dicen que no lo publicaron pues los resultados estaban dentro de los márgenes de error. Los ciudadanos tenemos derecho a conocer los resultados de los conteos pagados con nuestros impuestos, estén por debajo o por encima de los márgenes de error. Es la ausencia de información y transparencia la que genera las sospechas, nunca el exceso.
9) Que los observadores internacionales vengan con conocimiento de a qué vienen. Ha sido muy desafortunada la actuación del Ex-Presidente Mújica que no se ha quedado hasta el final del proceso y que ha declarado que: “tampoco soy un especialista en cuestiones electorales, soy un especialista en juntar votos…”.
10) Contratación de una auditoría independiente de cuál ha sido la actuación en este proceso electoral, y compromiso de considerar sus propuestas de mejora para subsiguientes procesos. Por ejemplo, una auditoría del Departamento de Observación y Cooperación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA).
11) Recepción, análisis, estudio y compromiso de dar una respuesta o explicación de todas las inconsistencias que se han publicado o denunciado en redes sociales, así no hayan sido denunciadas formalmente.
12) Compromiso de todos los candidatos electorales y de todos los partidos de cambiar la normativa que rige al Consejo Nacional Electoral y al Consejo de Participación Ciudadana, reuniéndose desde el tres de abril mismo para ello. Pues es evidente que esta normativa no ha sido ni institucional ni garantista y esta incertidumbre y dudas han hecho mucho daño al Ecuador.