Las fuertes lluvias que se registran en Perú desde fines de enero han afectado a decenas de miles de personas y han causado importantes daños en viviendas y carreteras, principalmente en tres regiones del norte del país: Tumbes, Piura y Lambayeque.
Mientras, en la costa de Ecuador, los aguaceros han causado la muerte de 14 personas y causado daños a miles de viviendas, principalmente en las provincias de Chimborazo, Guayas, Los Ríos y Manabí.
Esta situación, que no se veía en las zonas afectadas en cerca de dos décadas, se debe a un fenómeno que, por sus consecuencias es parecido al fenómeno de El Niño, pero en este caso se ubica solo frente a las costas de Perú y Ecuador, según BBC Mundo.
Los científicos peruanos lo han bautizado como El Niño costero y expertos de todo el mundo lo están observando por si se trata de una señal de que se acerca un Niño de escala planetaria.
Durante un fenómeno de El Niño, aumenta la temperatura del agua en toda la franja ecuatorial del océano Pacífico, hasta la costa norte de Estados Unidos, y los efectos se sienten en todo el mundo: lluvias monzónicas débiles en India, inviernos más fríos en Europa, tifones en Asia y sequías en Indonesia y Australia, entre otras calamidades.
Pero cuando el calentamiento ocurre solo en la zona costera de Perú y Ecuador, las anomalías (lluvias torrenciales) se restringen a estos territorios. Los expertos peruanos llaman El Niño costero al fenómeno, según el Comité Multisectorial para el estudio del Fenómeno de El Niño en ese país (Enfen).
El hecho de que el aumento de la temperatura del agua ocurra solo frente ambos países, se relaciona con las corrientes de viento que circulan por esta zona.
A fines de 2016, unos vientos del norte, provenientes de Centroamérica, favorecieron el desplazamiento de aguas cálidas hacia el sur, dice el Enfen. En su recorrido hacia la costa ecuatoriana y peruana, esta masa hídrica no encontró ninguna barrera, según el meteorólogo Nelson Quispe, director de área de Pronóstico del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Perú (Senamhi).
Los vientos costeros que iban en dirección opuesta -de sur a norte- “se debilitaron” durante los primeros días de diciembre de 2016 y permitieron el ingreso de las aguas cálidas de Centroamérica.
“Normalmente el viento que va de sur a norte ayuda a llevar la corriente marina de Humboldt, que es fría. Pero como el viento se había debilitado, la corriente también fue más débil”, agregó Quispe.
El calentamiento anómalo del mar en la costa costera empezó a mediados de enero y ha causado que el agua alcance temperaturas pico de 29 ºC en Perú, y de 28 ºC en Ecuador.
“La temperatura normal en verano es 24 o 25 grados centígrados. Ahora está cuatro o cinco grados por encima de lo normal y eso es lo que causa las lluvias (por la fuerte evaporación del agua)”, dice Quispe.
Un requisito para que las autoridades peruanas confirmen la presencia de El Niño costero es que las anomalías se mantengan durante tres meses consecutivos, como mínimo. Es así que se espera que las precipitaciones continúen en marzo y que disminuyan recién a fines de abril, señaló Quispe, del Senamhi.
La definición de El Niño costero fue creada por el Enfen de Perú para estudiar el fenómeno y prevenir los daños en ese país, explicó a BBC Mundo Rodney Martínez, director del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen), en Ecuador.
A nivel mundial, los científicos no creen que el fenómeno de El Niño esté teniendo lugar, aunque no descartan que pueda darse en los próximos meses.
“(Para ellos) lo que ocurre en Perú y Ecuador es un calentamiento anómalo en el Pacífico oriental que ocasiona lluvias por encima de lo normal. Pero no es reconocido como un Niño. Es un fenómeno muy localizado, muy de nuestra región”, dijo Martínez.
Pero advierte que si el calentamiento en el Pacífico este se mantiene, podría ser precursor de un Niño global. “Todo lo que pasa el Pacífico oriental afecta la presión atmosférica en todo el Pacífico y contribuye a una potencial evolución hacia un Niño”.
“No se observaba esta intensidad (en el calentamiento del Pacífico) desde hace 18 años. Es un calentamiento inusual, poco esperado y fuerte en la parte norte”.
Meteorólogos de todo el mundo están observando lo que está sucediendo en la costa de Perú y Ecuador, y sitúan en un 40% las posibilidades de que se desarrolle un nuevo fenómeno de El Niño a escala planetaria.
Ello sería inusual ya que se registró uno de gran intensidad entre 2015 y 2016, bautizado como El súper Niño, que hizo que las temperaturas mundiales batieran numerosos récords.
El Niño sucede normalmente una frecuencia de entre dos y siete años. Sería inusual que empiece uno en 2017, poco tiempo después de que hubiera acabado uno en 2016.