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El debate que no fue

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La única invitación a debatir en la campaña por la segunda vuelta electoral a la Presidencia de la República que había aceptado el candidato del oficialismo Lenín Moreno fue la extendida por la Red de Maestros por la Revolución Educativa, una organización formada y patrocinada por el actual Gobierno para anular la Unión Nacional de Educadores.

Tres canales bajo el control del Gobierno iban a ser las matrices del diálogo o conversatorio, porque la palabra debate ha sido proscrita desde una de las campañas. Un entrevistador muy aceptado por el Gobierno fue propuesto como moderador. Y la campaña del otro candidato, Guillermo Lasso, había aceptado las condiciones.

Horas antes del conversatorio o diálogo los organizadores del encuentro, los que invitaron a los candidatos, simplemente anunciaron que el evento había sido cancelado. No habría debate porque a última hora pusieron condiciones que supuestamente no habían sido aceptadas por la campaña de la oposición.

Que habría pasado, por ejemplo, si la Cámara de Comercio de Guayaquil habría puesto también condiciones para que los candidatos más votados en las últimas elecciones pudieran subir a su foro a explicar cómo van a guiar los destinos del país. ¿Cuál habría sido la reacción del Gobierno y del oficialismo?

Que los dos candidatos más votados en la elecciones para Presidente de un país no puedan debatir por no cumplir los caprichos de una organización gremial resulta un argumento bastante pobre.  Es como aceptar que cualquiera que sea elegido Presidente tendría que estar bajo la suela de ese gremio. Tendría que aceptar todo lo que ese gremio diga, porque sería el rector de todo, de la vida y obra de las personas y las cosas; de la esfera de la vida pública de un país.

La Red de Maestros que puede decidir quién es bueno o quién malo. Esa es la dimensión del episodio de un guión mal llamado Diálogo, porque más que diálogo lo que la Red de Maestros buscaba es la imposición.

Tal vez haya sido mejor que ese diálogo nunca ocurriera porque eso habría legitimado una organización que lo que menos buscaba es propiciar el debate de ideas.

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