El punto de partida para el desarrollo de las aplicaciones data del año 2008 y va de la mano de los teléfonos inteligentes. La funcionalidad de estas Apps ha hecho que todo el mundo quiera tenerlas en sus dispositivos móviles, porque abarcan muchas áreas, desde las de carácter general como el calendario o las del pronóstico del clima hasta las relacionadas con la salud.
Hay dos tipos de aplicaciones. Las primeras son las nativas que vienen incorporadas en los dispositivos móviles inteligentes y ayudan a moverme en el teléfono y acceder a caulquier tipo de información. Y, por otro lado, están las aplicaciones web preparadas para adecuarse a los dispositivos.
Esta App me ayuda a visualizar en una tablet o en un celular una página web diseñada para un computador personal. Tiene la capacidad de adaptar a esas dimensiones el diseño y las funcionalidades de la página. Aunque ahora eso es más sencillo porque todo diseño web se ajusta a los diferentes dispositivos.
Normalmente las aplicaciones que no llegan incorporadas al teléfono están en dos grandes repositorios, donde se almacenan y se actualizan constantemente por sus desarrolladores. Los más reconocidos son App store y Google play, para los dispositivos de Apple y para los que manejan el sistema operativo Android.
El éxito o fracaso de una App siempre dependerá de su calidad y de su usabilidad, un nuevo concepto surgido hace algunos años en el mundo del software, relacionado con las facilidades, la rapidez y la sencillez para satisfacer las consultas de los usuarios.
Si una aplicación no responde a las necesidades de los usuarios, si su usabilidad es compleja, si para acceder a ella se debe esperar a que aparezca y cuesta trabajo navegar por cada una de sus funcionalidades pues simplemente será desechada.
Estas aplicaciones pueden ser gratuitas o de pago, todo depende de sus desarrolladores, pero la oferta ahora es tanta que los precios por descarga son muy bajos considerando su utilidad en las diferentes esferas de la vida, sobre todo en el área del aprendizaje y del conocimiento.
La Unesco ha hablado mucho sobre el paradigma del aprendizaje para toda la vida y las Apps y los dispositivos móviles hacen posible que ese paradigma se cumpla.
El móvil learning o el aprendizaje móvil, que es donde está el futuro de las aplicaciones, permite a las personas estudiar a su ritmo, su capacidad y en el lugar en el que se encuentren. Son aplicaciones diseñadas para todas las edades y todos los gustos.
Las facilidades que ofrecen son inmensas no solo en el mundo de la educación. En el campo de la salud se han desarrollado cosas muy interesantes. En el celular, por ejemplo, puedo ver cuál son los resultados de mis exámenes y cuál es mi diagnóstico como si estuviera en el consultorio con mi médico. Y saber cuál es el tratamiento que debo seguir.
Si bien desarrollar una App no es sencillo, con el avance de la tecnología y la evolución del software cada vez se hace más fácil. Hasta ya se piensa en armar unos robots capaces de desarrollarlas a partir de ciertos requerimientos de software. Puede ser un primer prototipo de lo que se quiere y a partir de esa base será posible introducir mejoras.
Esta es una nueva línea en el conocimiento de la humanidad que avanza a una velocidad vertiginosa. La tecnología móvil, sin duda, es la gran autopista para el desarrollo de la comunicación y el intercambio de conocimientos.
En la actualidad existe un proceso de convergencia muy acelerado, que va mucho más rápido de lo que podemos captar y en esa dinámica las Apps tienen un rol fundamental. Son los ladrillitos que nos van a permitir escalar en el mundo del conocimiento, del aprendizaje, del entrenamiento.
Las App se han convertido en el eje central de la comunicación y del aprendizaje. De una convergencia hacia el saber. El otro día veía una foto de una persona que tenía una reproductora de casetes y llevaba en el hombro montones de cidís; cargaba una maleta llena de cosas y eso es hoy un dispositivo móvil.
La convergencia es para bien, para potenciar la forma de comunicarse, de trabajar, de ser útil. No es solo una convergencia tecnológica sino una de información que camina hacia el empleo de la inteligencia artificial.
Aunque siempre el hombre tendrá la última palabra, va a ayudar muchísimo utilizar eficientemente todo lo que ofrece la tecnología asociada a las aplicaciones.
Hace unos meses, Bill Gates habló de la desaparición del software integrado para ir hacia una confederación de aplicaciones móviles que permitirán crear un entorno de aprendizaje. Ahí la inteligencia artificial, con la analítica, podrá mostrar cómo alguien va aprendiendo, cuáles son sus problemas de aprendizaje y hacia dónde tiene que ir.
Y esto no solo en las escuelas, sino en la segunda enseñanza, en la universidad y hasta en el entrenamiento en los puestos de trabajo, cuando una persona ya entra en el mundo laboral. Por eso la tendencia es que las aplicaciones van a ser más concretas, pero más rápidas con una mayor velocidad de respuesta.
Microsoft preguntó hace años a sus usuarios qué entendían normalmente por PC? Una Personal Computer fue la respuesta obvia. Pero desde hace como dos años ese concepto está cambiando. La PC ha pasado de la Personal Computer a la Computación Personalizada. El dispositivo que crea el entorno de trabajo de los usuarios, según sus necesidades, según sus gustos, según sus posibilidades.
Ahora no todo sirve en el mundo de las Apps. Hay Apps para hacer cosas malas. Puede haber una de pornografía. De ahí que en este mundo importa mucho el rol del profesor, de la familia, de las instituciones educativas y de la misma sociedad, porque las aplicaciones están al alcance de todos.
Hay muchos temas alrededor del desarrollo de las aplicaciones, desde los éticos hasta los de la seguridad y de derechos. La sociedad, en este nuevo entorno cada vez más informatizado, tendrá que ir poniendo sus restricciones, pero las Apps llegaron para quedarse y el que no se monta en ese tren solo verá como le pasa por al lado a 180 kilómetros por hora.
Los móviles y los sectores de información y de la inteligencia artificial van a jugar un papel cada vez mayor en la vida cotidiana de las personas, pero siempre el tema humano va a tener su rol decisivo. La ética, el empleo de esas tecnologías para el bien de la humanidad, para el bien de la sociedad.
La humanidad está en un momento en donde estas plataformas pueden ayudar a crear una sociedad más equitativa, un mundo de paz, con menos guerras y conflictos, porque una mejor comunicación soluciona montones de problemas.