Un tema trascendente sobre el que se ha abordado en esta campaña electoral es el de la deuda. Cuando el Gobierno de Rafael Correa entregue el poder, sea a su candidato propio u a otro, será un tema que traerá mucha cola, porque es una deuda que ha ido creciendo a niveles exorbitantes. Tan solo en dos semanas últimas la deuda creció en $1.500 millones adicionales.
¿Habrá una reestructuración? No es fácil en esta época hablar de reestructuración, se debe más bien hablar de reemplazar la deuda existente, es decir, adquirir otra deuda para pagar la anterior que es muy cara, pero eso ocurrirá si la economía ecuatoriana tiene indicios de estabilidad, de crecimiento y confianza.
Es posible salir de la deuda cara y de corto plazo, si es que primero hay un buen Gobierno y existe, de por medio, un buen plan de trabajo. Para eso es importante que la situación del país empiece a cambiar con mayor crecimiento, rápida apertura a la inversión local y extranjera. Si hay esos cambios rápidos y el nuevo Gobierno da seguridad al mercado será posible manejar ese problema de grandes proporciones.
En el momento actual no está claro si la situación de Ecuador tendrá indicios de mejorar. Lo que sí es claro es que la estabilidad económica y política llega con decisiones inmediatas, para bajar el riesgo país y dar confianza a los inversionistas. Eso ayudará al nuevo Gobierno a colocar bonos a mayor plazo y con tasas de interés más bajas. Lo que si debe reestructurarse es la deuda china.
Todo dependerá también de que el nuevo Gobierno tenga un equipo económico sólido que sepa cómo abaratar el crédito existente, porque el país no puede pagar en los plazos y en las condiciones que se ha venido endeudando. No puede pagar esas obligaciones, peor si hoy no hay los dólares del petróleo, si las exportaciones no crecen al ritmo esperado. La estructura de costos de los productos exportables es cada vez más cara, la estructura de costos de las empresas se ha deteriorado…
El país necesita escuchar a un candidato que diga: yo me posesiono en tal fecha y en tantos días y en tantas semanas habrá una decisión de apertura a la inversión extranjera.