La segunda mitad del Dakar, la más exigente desde 2009, cuando desembarcó en Sudamérica, comienza en La Paz. El equipo que domina la aventura, Peugeot, llegó con sus restantes tres autos en el podio, pero con la Toyota de Nani Roma acechando a 5m35 del líder.
“Al principio los autos fueron demasiado lentos y luego tuvimos algunos problemas de navegación pero no fue un mal comienzo de prueba para nosotros, porque al día del descanso estamos al frente de la clasificación con una pequeña ventaja sobre el cuarto. Creo que al principio de la competencia había ocho candidatos y ahora quedan cuatro: los tres Peugeot y la Toyota de Nani Roma”, explicó Stéphane Peterhansel.
Sébastien Loeb, nueve veces campeón mundial de Rally, afirmó: “Fue una semana muy complicada la que terminamos porque las etapas fueron realmente exigentes, con una navegación complicada que nos hizo perder dos veces y además sufrimos algunos pequeños problemas como una pinchadura o problemas mecánicos. Pero después de todo todavía estamos en la lucha en el segundo lugar”. En su segunda experiencia en el Dakar, Loeb admitió que se siente mucho más confiado en la prueba junto con su histórico navegante monegasco Daniel Elena.
“Estar entre los tres primeros en el Dakar de autos al día de descanso era más que un sueño. Junto con David (Castera, su navegante) trabajamos para dar el máximo e intentaremos hacerlo mejor en la segunda parte hacia Buenos Aires para finalizar en la mejor posición posible”, dijo Cyril Despres.
Con una victoria el año pasado en su tercer año desde su regreso al Dakar, Peugeot pretende comenzar a gestar una era, como tuvo Mini entre 2012 y 2015, Volkswagen entre 2009 y 2011 o Mitsubishi entre 2001 y 2008. La apuesta de la marca francesa es fuerte, con una constelación de estrellas que, al meridiano de la prueba, completan el podio aunque restan todavía casi 5.000 kilómetros por recorrer hasta la meta.