El acuerdo comercial con la Unión Europa es altamente positivo para Ecuador porque abre la posibilidad para que productos ecuatorianos ingresen a Europa sin pagar aranceles y con un tratamiento diferenciado. ¿Eso qué va a permitir? Que pequeños y medianos productores puedan diversificar y aumentar sus ventas. ¿Eso qué significa? Generación de empleo e inyección de dólares en la economía del país.
Pero para aprovechar el acuerdo con Europa es necesario dar una vuelta de timón a la política comercial del país. El Gobierno ha desarrollado todo un modelo basado en el gasto público, donde el sector público, el Estado se había convertido en el generador de empleo y de riqueza, ahora con esta crisis, por la caída de los precios del petróleo, se trata de ver nuevamente al sector privado.
Eso no funciona así en países con un crecimiento económico sostenido, porque ahí siempre se ha dado un espacio protagónico al sector privado como generador de trabajo, como exportador, pero ofreciendo desde el sector publico una normativa jurídica clara para que la industria pueda proyectarse en el mediano y largo plazo.
Si no existe certidumbre, si no hay pausa normativa, si no hay un ambiente reglamentario claro, va a ser muy difícil que la industria ecuatoriana, que el sector exportador pueda planificar a largo y mediano plazo. Eso es lo que nos diferencia de países como Chile, Colombia y Perú, donde las industrias de esos países saben cuáles son las reglas de juego y planifican, exportan, crecen y se insertan en las corrientes globales, porque están seguras de que no se van a modificar esas reglas del juego de la noche a la mañana.
De ahí que es claro que Ecuador necesita una política comercial más agresiva en términos de apertura, más tratados de libre comercio, porque su industria exportadora, además, es altamente competitiva en vista de que ha crecido en una economía dolarizada. Eso ha obligado al sector empresarial y al sector industrial a mantener una estructura de costos competitiva. Como la moneda nacional no se devalúa, entonces la competitividad pasa por mayores niveles de productividad.
Si a esto le sumamos una política comercial clara de apertura, de firmas de tratado de libre comercio a nivel mundial es claro que el país va a mejorar ostensiblemente su tejido comercial.
Para eso debemos presionar por la firma de un acuerdo con Estados Unidos; entrar en la Alianza del Pacifico debe ser una prioridad; tenemos que profundizar nuestra relación con los mexicanos, un acuerdo que nos genere ya una zona de libre comercio con México, que es un socio comercial histórico.