El emperador Nerón en el año 64 comenzó una persecución salvaje contra los cristianos. Temeroso de que algo malo le pudiera suceder, Pedro, ahora San Pedro, escapa de Roma por la Vía Apia, pero en el camino se encuentra con Jesucristo que iba cargando una cruz. Al verlo, le pregunta: Quo vadis Domine (¿Adónde vas, Señor?). La respuesta: Romam vado iterum crucifigi (Voy hacia Roma para ser crucificado de nuevo).
Pedro, avergonzado de su actitud tras haber visto a su Señor en la gloria, vuelve a Roma, para continuar su Ministerio, donde fue martirizado y crucificado cabeza abajo.
En la trama de corrupción destapada en Petrobras primero, después en Petroecuador antes que en PDVSA, y ahora en todo el mundo es difícil que alguien pregunte ¿Adónde vas? Y peor que alguien vuelva a dar cuenta de sus actos. Todo mundo ha desaparecido. Nadie sabe nada. Todos hasta podrían negar que la constructora Odebrecht haya existido algún día.
Quo vadis, en todo caso, es una excelente novela histórica de Henryk Sienkiewicz.