Creo que para todos nosotros ha sido una suerte el respiro esta firma del acuerdo comercial con la Unión Europea, que esperamos sea ratificado. Fue una cuestión in articulo mortis, como dicen los abogados, pero finalmente tenemos el acuerdo. Ahora, la pregunta parecería un chiste: ¿Qué hacemos? Es algo que voy a analizar no solo desde el punto de las ventajas, sino de la agenda que el Ecuador debe desarrollar.
El hecho de pertenecer a la Unión Europea nos abre una oportunidad de acceder al mercado de 500 millones de consumidores potenciales, con un poder y una capacidad adquisitiva de alrededor de 23 mil a 25 mil dólares anuales, como producto para consumo individual. Eso significa que podemos acceder a un mercado para servicios, inversiones, bienes. (…)
Unos poquísimos datos para el tema de la inversión. La Unión Europea representa nuestro principal destino de las ventas no petroleras; entre el 28% y el 30% de nuestras exportaciones se dirigen a ese mercado; alrededor de 2.773 millones de dólares en el año 2015, y las tasas de crecimiento han sido del 12.9%; es decir, la importancia del mercado de la Unión Europea no está en duda.
Desde el punto de vista de las importaciones, el año 2015 tuvimos unas importaciones de 2.365 millones de dólares. Eso significa que tenemos una balanza comercial positiva. Aquí nada más hago una reflexión: a China exportamos alrededor de 400 millones de dólares y el déficit comercial con ese país es de sobre 3.500 millones de dólares. Esa es un gran diferencia con la relación comercial con la Unión Europea.
Los principales productos que vendemos a Europa básicamente son del sector primario, con algún procesamiento, en tanto que por el lado de las importaciones básicamente compramos bienes de capital, maquinaria, insumos; es decir, las economías de Ecuador y la Unión Europea son complementarias.
Esta es una actualización de lo que hemos negociado con Europa: en el campo agrícola industrial hay un programa de desgravación inmediata que corresponde a 1.500 subpartidas arancelarias equivalente al 36% y 36.6% de todo el universo arancelario. En el caso de industria esto representa el 99%. Unas 7.672 subpartidas arancelarias han sido abiertas de manera inmediata, esto representa en términos monetarios alrededor de 1.571 millones de dólares de exportaciones.
Eso significa que podríamos de inmediato el mercado Europeo. Hay canastas de productos que se desgravan a tres, cinco, siete y diez años, y otras que tienen ciertas limitaciones.
Este es un listado no exhaustivo de los productos beneficiados: alrededor de 1.300 millones de dólares representan el mercado de las rosas, banano, café, aceite, harina, frutas, vegetales. (…) Este es el potencial que tenemos. Hay exclusiones para 128 subpartidas arancelarias que son sectores sensibles. Ahí están las carnes, los procesados, carne de ave, cadena de maíz, arroz y derivados; y luego hay una canasta de productos en los cuales hemos dado contingentes, cupos que tienen que irse desgravando a 17, 15 y siete años. Es el caso de los vehículos. A siete años de la vigencia del acuerdo los vehículos van a desgravarse.
En cuanto a los productos con potencial exportador, en base a cifras de enero-septiembre de este año, solo en rosas hemos exportado como 90 millones de dólares; jugos de fruta, como 30 millones de dólares; piñas frescas, seis millones de dólares; camisetas de algodón, 121 mil dólares.
En el tema de frutas tenemos un acceso inmediato, y se nos ha dado contingentes para productos con un alto contenido de azúcar: son mil toneladas, que pueden ir creciendo a razón de 150 toneladas por año incluyendo jugos y frutas; Europa nos ha dado también un contingente muy importante para el azúcar, son 150 mil toneladas, porque existen productores pequeños que pueden salir beneficiados; vegetales con acceso inmediato. En el tema de lácteos las posibilidades están ahí. La desgravación para la pasta, lácteos, helado, leche en polvo, queso fresco, maduro y yogurt es a siete años; en el caso del arroz hay una nueva oportunidad para la economía popular y solidaria, un contingente especial de 500 mil toneladas métricas.
Las oportunidades están ahí, pero en comercio internacional el tema del acceso a mercados no está en lo arancelario, el tema está en la competitividad y en el cumplimiento de los obstáculos no arancelarios. Y ahí es donde el Ecuador debió haber trabajado desde hace rato y debe hoy apurarse para poder acceder con estos productos al mercado europeo, porque si bien tenemos un arancel 0, el momento en que debamos superar las restricciones que nos pone el mercado europeo, las restricciones no arancelarias, hasta ahí nos llega la felicidad.
¿Cuáles en mi concepto son los retos? El primer reto es la competitividad, el segundo es superar todo lo que son obstáculos técnicos al comercio, como las medidas sanitarias y fitosanitarias.
¿Por qué nos preocupa y debe preocuparnos el tema de la competitividad?
Este es el reporte del índice global de competitividad, según el Economic Forum. Al año 2016 estamos en la posición 91, entre 138 países; es decir, comparativamente con el año anterior hemos caído 15 puestos. Esto debe encender las luces del sector privado, del sector público, para entender en dónde están los problemas de la competitividad. En el tema instituciones estamos en una posición muy delicada: 113; en el tema de eficiencia en el mercado estamos en la casilla 124; en el tema laboral, 123; en el tema financiero, 113. Sí hemos avanzado en el tema educación, pero en cambio todavía adolecemos de algunos problemas.
Ahora, los factores que tenemos que enfrentar a nivel externo, desde el punto de vista de la competitividad: los precios internacionales, la revalorización del dólar; a nivel interno: los costos de la producción y los factores de la producción, la carga impositiva, la productividad laboral y la ausencia de políticas que apoyen y soporten la competitividad de las empresas.
La importancia de esta unión público-privada está en camino, desde el punto de vista de las políticas públicas. Temas de incentivos, flexibilidad tributaria, acuerdos comerciales, y desde el punto de vista de la productividad hay sobre todo dos aspectos en los que se debe trabajar: innovación y tecnología.
¿Cuáles son entonces, de acuerdo a la Federación de Exportadores, los retos que tiene la empresa privada para aprovechar el mercado de la Unión Europea?
Primero, la dotación de los productos de acuerdo a las demandas del mercado internacional, ahí estamos hablando de flexibilidad productiva.
Segundo, fortalecimiento en los temas de calidad, competitividad y normalización y acreditación. ¿Cómo vamos a adaptar la legislación local a lo que manda la reglamentación Europea, en materia de normalización, acreditación…? Y finalmente están las normas fitosanitarias y los denominados obstáculos técnicos al comercio.
Hay varias oportunidades para ser más competitivos, un manera sería serlo en base al control de costos, ¿Cómo podríamos lograr esto? El tema del costeo es, desde una perspectiva estratégica, la primera opción; la segunda a analizar es tomar decisiones por producto dependiendo del costeo que hacemos, y finalmente entender cómo funcionan los sistemas financieros, competitividad en base a costos.
¿Cuál es el problema que tenemos que enfrentar? En el análisis que ha hecho la Federación de Exportadores, el incremento de costos entre el año 2012 y el 2014 llegan a los 696 millones de dólares; la otra es la competitividad basada en la innovación, si la empresas no adelantan sus criterios sobre el tema de la innovación muy difícilmente vamos a poder competir con el mercado europeo.
¿Cómo superar el tema de productividad-competitividad? Tenemos bajos niveles de productividad, rigidez laboral, carga tributaria que representa el 7% del PIB, costos de energía que no han beneficiado al sector privado. Hay un cúmulo de mediadas no arancelarias que los productos ecuatorianos van a tener que superar al momento de ingresar al mercado de la Unión Europea. Nosotros hemos identificado hasta 30.
Este es un último estudio realizado por Fedexpor y la CAF en donde se señalan algunas de las regulaciones de los países de destino, que la empresa privada ecuatoriana va a tener que cumplir.
Las piñas, por ejemplo, están dentro de los productos con posibilidad de exportación con 0 arancel; es decir, los productores de piñas ecuatorianos tendrían la posibilidad de acceder de inmediato a ese mercado, ahora miren los obstáculos no arancelarios que deben superar: control a contaminantes alimenticios, control de los residuos de plaguicidas, control sanitario en los productos alimenticios, control fitosanitario, trazabilidad. (….)
¿Vamos a poder aprovechar el mercado Europeo? Tenemos arancel cero sí, pero quién está trabajando en estos temas, que no son arancelarios. Este no es nada más un ejemplo de lo que debería hacerse, es un trabajo que hemos hecho con una consultora, pero que debería hacerse en materia de accesos al mercado europeo para la leche en polvo y quesos. Esta es la agenda que el Ecuador debe implementar para poder aprovechar el mercado Europeo, caso contrario no lo vamos a aprovechar.
Hay tres aspectos que deben quedar claros. Nadie nos ha dicho cuáles son los sectores ganadores y los sectores perdedores en la negociación con Europa, porque no nos vengan con el cuento de que todo el mundo gana. En los acuerdos comerciales hay sectores que ganan y hay sectores que pierden, lo que importa es que al final de la línea estén en azul.
¿Cuáles son esos sectores y que vamos a hacer con esos sectores que han sido o van a ser afectados?
Segundo, ¿cuál es la agenda interna para establecer políticas de fomento y protección a los sectores más frágiles? Luego está el acople de la infraestructura, legislación, puertos y demás para poder aprovechar el acuerdo con la Unión Europea y el apoyo a las mipymes para su internacionalización.
Finalmente lo que no tenemos, la agenda interna para enfrentar el acuerdo y un agenda nacional de competitividad en la que la Federación Ecuatoriana de Exportadores está trabajando. Pero es lo que nos hace falta de manera inmediata.